
Anoche en el Metropolitano el Atlético firmó uno de esos partidos que yo llamo de extrema tranquilidad. El típico encuentro que ni es goleada ni mucho menos derrota y que te llevas al zurrón con un partido serio, completo y sin complicaciones. Los rojiblancos golpearon pronto con Griezmann, remataron la faena con Samuel Lino y el Lazio en ningún momento se pudo ilusionar con arrebatarles el primer puesto del grupo. Una noche plácida, a fin de cuentas, que ya forma parte de la historia del Atlético porque es la número 20 de manera consecutiva en casa igualando el récord anterior que, adivinen, también firmó un técnico argentino al que, día tras día, quieren más dentro del cuadro rojiblanco y odian más fuera.
Al Cholo le odian. Están claramente obsesionados con él. Con el Atlético también, pero sobre todo con Simeone. Es un odio de élite. Un odio ilustre para un entrenador ilustre. No sé si han visto la serie de La Maldición de Hill House. Una serie muy buena que aparte de un gran guion provoca sustos espectaculares porque cuando alguien se gira, ahí está algo o alguien que les atormenta. Con el Cholo pasa lo mismo. Le ven en todos los sitios. Sienten su presencia. Van a por él y a por aquellos que quieren que siga muchos años en el Metropolitano. Alguien les pregunta por el tiempo y ellos responden "pues anda que el Cholo". Miran más el Instagram del Cholo que el de sus ex y les aseguro que no exagero.
Con ese odio ilustre hacia el Cholo y todo lo que le rodea, lo que realmente es ilustre es el Atlético que ha vuelto a ser primero de grupo en la Champions. Se clasificó en la quinta jornada, con margen y sin sustos, y cerró ser campeón en la sexta sin mayores complicaciones. Hubo muchas risas con el gol del portero del Lazio en el primer partido de Champions, pero el Atlético está en octavos de final como líder de su grupo, invicto, con 4 victorias y 2 empates, además de ganarlo todo en el Metropolitano. La risa ahora es para la afición del Atlético que ha sumado junto a su equipo pleno de victorias caseras y un total de 14 puntos de 18. Solo en casa, el Atlético ha marcado 3, 6 y 2, es decir, 11 goles. Ilustres carcajadas surcan ahora los aledaños del Metropolitano.
Respecto al plan de Simeone, las rotaciones eran más que necesarias. Les doy datos, no inventos. Les doy razones, no opiniones marcadas por obsesiones. Del 13 de diciembre (ayer) al 23, encuentro aplazado ante el Sevilla, el Atlético tiene 4 partidos. Cuatro partidos en 10 días. Pero claro, ayer hubo grandes expertos que pensaban que Simeone era "defensivo", "tacaño buscando el empate" o directamente "cagón" porque rotaba a Morata, Koke o Llorente, que, sorpresa, lo están jugando absolutamente todo. ¿Sorprendió el once de Simeone? Está claro que sí, no era lo habitual, sin embargo lo que no sorprende es quién salió. Koke y Morata acumulan mucho cansancio. Sin recambios además, porque Barrios está fuera y no hay más pivotes. Que no entrase Depay indica su estado físico. Correa, más fiable, jugó de titular. Witsel fue al medio porque por Koke no hay más recambios. Y Saúl entró para completar el medio porque sin Koke y descansando por necesidad Llorente tienes que poner a un coche escoba que mantenga controlado el juego. Era un once con un sentido clarísimo, porque encima luego se lesionan y le critican igual al Cholo. Cuatro partidos en 10 días. No ver que lo de ayer era necesario es de obsesión enfermiza.
Además el Atlético más ilustre en Champions de los últimos años firmó un plan redondo de Simeone. 2-0, primeros de grupo, descanso en la primera parte para Morata y Koke, en la segunda para Griezmann y Giménez, portería a cero y acabas la fase de grupo invicto con 4V y 2E. MVP para un Lino que sigue matándose junto a Riquelme por ganarse un puesto, partidazo de Witsel que juega bien en todos los sitios y minutos para Soyuncu, Depay, Saúl y Correa.
Ahora bien, cerrado el grupo como campeón, el Atlético debe celebrar su buena participación en Champions sabiendo que con el potencial del equipo lo normal era esto. El grupo era para que el Atlético lograse quitarse fantasmas pasados y acabar como campeón. Lo ha hecho y eso debe aumentar la exigencia de que aún queda muchísimo camino por recorrer en Liga, Copa, Supercopa y, como no, en Champions. ¿Conformarse? No. ¿Objetivo mínimo cumplido? Sinceramente, no. No debe haber mínimos para el Atlético sino máximos. Solo así se ganan títulos. Por eso este ilustre Atlético de Simeone, Griezmann, Koke y compañía debe seguir apretando el pie en el acelerador jugando 100 minutos y no solo los 45 que hace a veces.
Por cierto, que no se me olvide. Los rojiblancos han firmado una fase de grupos con cuatro victorias y dos empates. Liderato. Eso se traduce en un gran ingreso económico por bonus en victorias y en empates. Además el pase a octavos también te da beneficios. Pocas excusas para no reforzar al equipo en enero. Un 5 como mínimo. Y de cara al futuro, si Simeone quiere seguir jugando con esta fluidez necesita renovar a Hermoso y añadir a la terna de centrales jugadores que no se lesionen y que sepan sacar el balón jugado. Para eso hay que gastar dinero y eso me crea muchas dudas. Sorteo de Champions y San Mamés. Siga así Atlético. Siga siendo ilustre.
