
El fin de semana ha traído noticias que nos hacen dudar cada vez más de la nobleza moral y política de la casta política española. Pero una frase de Sánchez me ha hecho pensar, e incluso albergar cierta esperanza sobre su fin en el poder. La frase es todo un acercamiento a Feijóo. Sí, una declaración de Sánchez en las redes sociales me hace imaginar que la catástrofe ronda por el Palacio de la Moncloa. Ya ni siquiera es posible contratar a más esbirros para que asesoren a Pedro Sánchez sobre cómo engañar a los españoles. Mal, muy mal tiene que estar la situación en La Moncloa, cuando Sánchez corteja a Feijóo con la siguiente declaración: "Si Feijóo no dependiera de VOX, habría aprobado la amnistía". Reflejan estas palabras antes debilidad que fortaleza en el ejercicio del poder. Son como un grito de socorro, una ayuda última, a su principal adversario. Tiendo a pensar que el twist de Sánchez es el inicio del fin del sanchismo. Claro que es menester contextualizar esa declaración entre los mensajes publicados por algunos medios de comunicación, ayer domingo, sobre un supuesto acercamiento del PP a los separatistas de Junts… ¿Por qué no tomarse en serio esas noticias de prensas? Cuando el río suena, como dice el refrán popular, agua lleva.
En efecto, dicen que los del PP tratan de aproximarse, como si imitaran a los socialistas, a los de Junts para arrebatarle el poder a Sánchez; dicen que los del PP no ven sencillo que los jueces consigan probar que Puidgemont es un terrorista; dicen que los del PP estarían dispuestos con condiciones a indultar al golpista Puigdemont, aunque nunca a cambio de una investidura. En fin, dicen y dicen… Y, seguramente, en esos dichos haya alguna verdad, quizá contengan una movida táctica de la empresa pepera para conseguir votos en Galicia, o para provocar un adelanto electoral, o vaya usted a saber sobre qué tejemanejes se traen en sus majines los directivos peperos… Allá la casta política con sus triquiñuelas y simulacros para hacer "como que hace", pero en verdad sólo defienden sus privilegios y gabelas, mientras el país se empobrece más y más y, sobre todo, se encanalla (la gentuza que aplaude el asesinato de dos servidores del Estado en Barbate es sólo una muestra del deterioro moral de nuestra sociedad). En cualquier caso, sería deseable no sólo que el PP desmintiese todos esos rumores, sino que mostrara con claridad y contundencia, o sea, con algún gesto político, por ejemplo, jubilando a varios miembros de su cúpula dirigente. Porque creo que algunos personajes del PP con su juegos siniestros con los separatistas hacen más daño a España que al propio PP, debería Feijóo tomarse en serio la cosa. ¿O es que él está detrás de facilitar esos tejemanejes?
Mientras la pobreza económica, el encanallamiento moral y el deterioro democrático prosigue sin que nadie consiga detenerlos, es menester repetir que todas esas miserias son derivadas de la debilidad estructural de un gobierno de España que depende de un golpista. Sánchez es, hoy por hoy, el presidente del Gobierno más débil de Europa. O sea, su poder depende de un golpista, perseguido por la justicia española y la europea, y, desde el viernes pasado, investigado por una Comisión de la Eurocámara; esta institución ha pedido (el resultado de la votación fue por mayoría de 433 votos a favor, 56 en contra y 18 abstenciones), investigar las injerencias rusas en la UE y sus lazos con Puigdemont en el intento de golpe de Estado en Cataluña. En este contexto, es comprensible que Sánchez trate de agarrarse a un clavo ardiendo y trate de persuadir a Feijóo con el rollo de la amnistía, pero es absolutamente incomprensible que Feijóo se deje cortejar por Sánchez.