
Hoy es día de examen. Hoy toca un parcial de esos que son, como mínimo, el 50% de la nota final. Y el alumno en cuestión, el Atlético de Madrid, se va a sentar ante las preguntas del ‘profesor’ sin haberse estudiado todos los temas que entran y con un bagaje de suspensos a sus espaldas que tienen a sus padres, los aficionados, temblando de miedo. Pero claro, es tu hijo. No pierdes la esperanza en él. Le has visto en la habitación con los libros. Él te dice que estudiando, por supuesto, pero claro, no lo puedes comprobar. No estás en su cabeza. Tendrás que esperar al resultado final para saber si estaba estudiando, como te dijo, o si una vez más, estaba mirando el móvil, es decir, muchas palabras y pocos hechos.
Así debe sentirse mucha gente que hoy irá al Cívitas Metropolitano a dejarse la garganta y el corazón por su equipo. Van con dudas, pero van. Irían incluso con su equipo penúltimo en Liga y con una delantera formada por Richard Núñez y el Pato Sosa, esa es la realidad, sin embargo, la previa dejó unas sensaciones extrañas que me gustaría mencionar. Como buen ‘alumno’ que sabe que los padres ya no le creen ni la mitad de su discurso, Simeone estuvo muy concreto ante los medios. Por momentos incluso incómodo. ¿Por qué? Porque sabe perfectamente que sobran las palabras. Aquí ya no vale con prometer. Han perdido la confianza de la afición a nivel de discurso y eso solo se puede revertir ganando hoy. Ojo, ganando, no dejándose la vida y luego perdiendo por fallos. No, eso no es exigencia. Solo faltaría que se viese como un gesto de sacrificio correr, pelear y sudar la camiseta. ¡Faltaría más que no hiciesen eso hoy! Hoy, mañana, pasado mañana y al siguiente.
Este Atlético de Madrid tiene que aprobar este examen y también los siguientes. La afición espera un buen perdón hoy. Y el domingo. Y el siguiente partido fuera de casa ante el Villarreal. Luego ante el Girona. Fuera de casa y en el Metropolitano si pasan a cuartos de Champions. Perdón diario, no de vez en cuando. Hechos, no palabras. Y hechos, todos los partidos, no solo cuando el partido motiva por sí solo. Hoy se motiva cualquiera. Simplemente con ver el camino de bengalas que les recibirá en el Metropolitano la sangre te tiene que hervir, pero que nunca olviden que al aficionado le hierve la sangre en todos y cada uno de los partidos que juega su equipo. Cádiz, Almería, Las Palmas, Valencia... Ahí también hierve la sangre de la afición. Si la tuya no lo hace, coges la maleta y hasta siempre.
Hoy vale ganar. No hay más posibilidades. Nada de un 4,75 pelado para llegar a casa y decir que has tenido mala suerte. Ya has suspendido bastante. Nadie te cree. Hoy aprueba este examen y déjate de discursos. Nada de "que se dejen la vida como mínimo aunque pierdan". "Mínimo". Esa es la palabra. Basta ya de premiar que hagan lo que el escudo les pide. ¡Faltaría más, repito! Que no interioricen que haciendo su trabajo, por el que les pagan, vale perder. En eso consiste ser un equipo grande.
La afición espera un buen perdón hoy. Y el domingo. Y el siguiente partido fuera de casa. Nada de tuits. Nada de "mañana/hoy, unidos para siempre". Eso, si quieres, te lo pones en una taza de Mr Wonderful y lo subes a Instagram con el hashtag #happyday. Pero a la gente dale resultados, no promesas. Y, como hizo en la previa el Cholo, no pidas nada para hoy. Que no se equivoque nadie, porque los hay que están muy equivocados. Hoy es la afición la que pide que los jugadores del Atlético estén, no al revés. Se equivoca el que crea que debe pedirle algo a los aficionados. Menos mensajes y más hechos, señores, porque yo sí que creo que este equipo puede ganar hoy, mañana y pasado. No compro que no hay nivel. Sí compro que no lo demuestran. Por ello, Atlético, déjate de Mr Wonderful y pídele perdón a la afición hoy, mañana y pasado.
