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Jesús Fernández Úbeda

Amnistía aprobada: apesta a cadaverina, ¿quién es el muerto?

Como dice Federico: "En un golpe de Estado, o gana el golpe o gana el Estado". Pues eso. Caracas no queda tan lejos y aquí no se detiene ni el Tato.

Como dice Federico: "En un golpe de Estado, o gana el golpe o gana el Estado". Pues eso. Caracas no queda tan lejos y aquí no se detiene ni el Tato.
Pedro Sánchez aplaude la aprobación del dictamen de la Ley Orgánica de amnistía. | EFE

La amnistía puigdemontonera se aprobó este jueves, a la segunda, en una sesión parlamentaria sin sorpresas –nadie las esperaba, en verdad– ni discursos memorables. Con 172 noes y 178 síes, incluido el del ostramixto Ábalos, que palió su soledad conversando con Jon Iñarritu, el voxero José María Sánchez, la nacionalista canaria Cristina Valido y el vicepresidente primero del Congreso, el socialista Alfonso Gómez de Celis. El hemiciclo apestaba a cadaverina, pero todavía no se sabe quién es el muerto. Sólo hay dos opciones: un Gobierno tísico y agónico, no sé si agonizante, sitiado por el caso Koldo/PSOE, el adelanto electoral en Cataluña y la renuncia forzada a los PGE para 2024, o la España constituida en un Estado social y democrático de Derecho que sus enemigos, o sea, los socios de Sánchez, ausente durante el debate, definen como "régimen del 78".

Comencemos por el final: Alberto Núñez Feijóo estuvo bien, correcto, pero al líder de la oposición le faltó electricidad, duende, ese, en palabras del gran Bunbury, "no sé qué / que no sé lo que es / y es lo único que importa". El presidente del PP, con las elecciones al Parlamento de Cataluña del 12 de mayo en el retrovisor, garantizó que a ellas se presentará "un partido que no va a pedir el voto de los catalanes constitucionalistas para entregárselo a los independentistas". Enumeró una serie de obviedades que a cualquier ser humano le pondrían rojo pero que al Gobierno de Sánchez no le acercan ni al amarillo: que la Ley de Amnistía "divide a España en dos y divide a Cataluña en dos", que no estamos ante ninguna reconciliación, que "esto es sumisión", que el referéndum está a tiro de piedra –"Van a decir que no, pero los españoles les hemos cogido la medida"–, etcétera. Aventuró que el traje leguleyo a medida para Puigdemont no pasará el filtro del Senado, de la justicia y que "las elecciones catalanas marcarán el inicio del final de este Gobierno": "Cuando Sánchez deje de ser útil, le dejarán caer". Esto está por ver.

Previamente, Patxi López bordó su papel de felpudo de whiskería. Al ritmo de un coral y sonoro "¡¡Koooldo, Koooldo!!", defendió la legitimidad de la delegada del PSOE en la presidencia del Congreso, Francina Armengol, profetizó que, pasado un tiempo, el PP "comprará la Ley de Amnistía" como ya lo hiciera con la de matrimonios homosexuales y, pomposo y cursi, deseó "que brote la flor de la esperanza" asegurando que "los socialistas no queremos repetir historias de enfrentamientos sin solución": "No queremos vivir en un país dándonos la espalda unos a otros". Salvo a los once millones de votantes de PP y de Vox, quiere decirse.

Santiago Abascal denunció la ausencia de Sánchez, apuntó que España está cogobernada "por Mohamed VI y por Puigdemont" y preguntó a Feijóo "qué tiene que pasar para que utilicen toda su fuerza en el Senado para impedir que se tramite la Ley de Amnistía". Alberto Catalán, de UPN, criticó la "corrupción política" del Gobierno y lamentó que se esté "humillando a todo un país". Néstor Rego dijo "Galiza" unas cuantas veces y se fue tan contento, como siempre, el hombre. Mikel Legarda, del PNV, lamentó las condenas a "personas de primer nivel por penas que consideramos desproporcionadas". Le faltó añadir algo del estilo: "Si fueran charnegos o maketos, hablaríamos de otra cosa". Josep Maria Cervera, de Junts, hizo un rap a mida y remató, tan conciliador como Lucía Caram, con un aviso a navegantes: "¿Y ahora qué? Junts, juntos y a por todas. Visca Catalunya lliure". Pilar Vallugera, de ERC: "Seguiremos en el camino de la liberación nacional, lo haremos por los conductos democráticos, pacíficos, cívicos y dialogados, porque es nuestro paso político, nuestra huella, nuestro ADN. No pararemos hasta el ejercicio del derecho de autodeterminación".

Tan explícitos como los independentistas fueron los dos diputados de Sumar que intervinieron en el pleno. Aina Vidal, literalmente, dijo que PP y Vox están invalidados "para hacer política" por "votar a favor de la venganza" y, ataviada con el traje electoral, manifestó que hay dos opciones para el 12 de mayo: "Una Cataluña con un tejido económico y productivo vivo que apueste por los límites del planeta o una que apuesta por la ludopatía, el consumo de drogas y agua que ya no tenemos". El asesor de las FARC, Enrique Santiago, fue aún más a lo mollar: "Enterremos el 'a por ellos' y construyamos un futuro más federal y republicano". El Rey está en la diana. Como dice Federico: "En un golpe de Estado, o gana el golpe o gana el Estado". Pues eso. Caracas no queda tan lejos y aquí no se detiene ni el Tato. Fuera, en la carrera de San Jerónimo, una anciana cantaba: "¡Por siete votos, tienes el culo roto!".

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