
Decir Kroos es decir fútbol. Es llamar a las cosas como son, inapelable el alemán en actitud, en talento, en calidad. Toni Kroos llegó campeón del mundo al Madrid, en julio de 2014, cuatro días después de haber ganado a Argentina en la final del Mundial, siete dias después de haberle dado un repaso histórico (1-7) a una Brasil que jugaba en casa ese campeonato. Llegó a Madrid ya hecho, campeón de Europa también el año antes, subcampeón el anterior. Llegó al mejor equipo siendo uno de los mejores. Y eso es un plus.
Se marcha hoy, no todavía, pero sí en el fondo porque lo ha anunciado en la mañana de este martes, ya muy gris para los madridistas. Muy cruel para el mundo del fútbol, triste para todos los que celebramos que la pelota ruede cada semana. Se va un futbolista por encima de colores, por encima de sentimiento de bufanda. Se va Kroos que es la elegancia hecha fútbol y se va porque da la sensación de que ya ha hecho todo, ha marcado una época y se va, como siempre dijo, desde lo más alto porque lo que no soportaría es "no ser útil, ser suplente o que el fútbol ya me supusiera una rutina".
Desde el sentimiento más alejado a lo que supone ser madridista pienso en Kroos como jugador referencia. Una de las cartas que le robarías al rival. Aquel jugador que eliges siendo niño para tu equipo. El objetivo deseado pero imposible. Porque Kroos traspasa la rivalidad, te hace reconocer que lo que ves en el campo es puro estilo. Muy pocas veces alguien con tanta precisión. Ejemplos de sus últimas "locuras" los goles con el interior, ese pie tan bien puesto para que el balón entre sin dejar rastro. En la retina también el pase a Vinicius en Múnich en el partido de ida de las semifinales de Champions. Una pasada, delicadeza suprema.
Es en estos días cuando te das cuenta de que te emociona cualquier cosa si se trata de un gran jugador de fútbol. A Kroos le he visto dar pases como si los dieras con la mano. Te das cuenta de la valentía de ciertos jugadores y uno de esos es el alemán. No es fácil tirarse del barco con 34 años cuando estás en plena forma. La valentía y el saber estar que te hace comprender que hay un momento en la vida en el que prefieres a tu familia, ver más a tus hijos porque lo has conseguido todo. Si el 1 de junio le sonrié el fútbol y la vida conseguirá su sexta Copa de Europa.
Me despido de Kroos habiendo admirado su talento, habiendo sufrido su calidad. Habiendo gritado de rabia por un pase que dejaba a un compañero sólo. Habiendo disfrutado de todo lo que ha dado. Porque eso es el fútbol, como la vida. Saber estar y saber comportarse. Saber sufrir y admirar al mismo tiempo. Poder decir que viste a Toni Kroos jugar ya es mucho.