
Lo que los ciudadanos estamos viviendo con Sánchez El Autócrata en el Gobierno de España en los últimos meses supera toda ficción de cualquier serie emitida en cualquier canal de televisión o plataforma (que ahora es lo que se lleva).
Ningún gobierno en su sano juicio, hasta ahora, se ha atrevido a atentar contra la libertad de prensa, el ejercicio libre de la Justicia y la separación de poderes desde que en España recuperamos la democracia hace 45 años.
El presidente —grande le viene el cargo ya— ha amenazado a los jueces con restar facultades al CGPJ para elegir a sus miembros. Y eso ha provocado que la principal Asociación Profesional de la Magistratura (APM) lo haya calificado de "inaceptable" y de "un auténtico atropello constitucional".
Lo que el presidente del Gobierno y sus ministros se empeñan en divulgar cada vez que tienen un micrófono o cámara delante, acusando al Partido Popular y sus líderes de "esparcir fango", es el bulo más grande jamás trabajado.
Vamos, enfanga, que algo queda.
Y, con esa premisa, llevamos meses leyendo y escuchando una sarta de mentiras contra los líderes populares, con mayor ahínco en las personas de Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo y sus familias.
Enfanga, que algo queda.
Ya le digo yo al PSOE, a su secretario general y a quienes le adoran cual mesías que sólo se engañan a sí mismos, porque lo único que hacen es practicar un autoritarismo impropio del siglo XXI.
Los ciudadanos demuestran en las urnas que la estrategia de La Moncloa no funciona. El mapa en España se ha vuelto más azul tras las elecciones europeas. Si se hubiesen celebrado elecciones generales, Sánchez y sus ministros estarían haciendo las maletas.
Ante la respuesta incontestable de los ciudadanos, Sánchez ha decidido retomar sus homilías, no sabemos si renunciará al género epistolar o nos sorprenderá con más cartas en redes sociales, claro; o si seguirá optando solo por responder en aquellos medios en los que se siente cómodo, tal y como ha hecho en una larga entrevista en RTVE.
Una vez más, el presidente del Gobierno ha aprovechado la ocasión, no se resiste a arremeter contra Ayuso y su jefe de Gabinete para aludir al supuesto "fango" que se esparce desde la derecha española, en concreto desde "su sede en la Comunidad de Madrid".
Sánchez sigue disparando vilmente contra el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, al que los madrileños dieron la mayoría absoluta para seguir haciendo lo que todo gobernante debe hacer, trabajar por los ciudadanos.
Un ejemplo de ello son las nueve leyes que se han aprobado ya en el seno del Parlamento regional y las 12 en el Senado, las dos cámaras con mayoría del Partido Popular, frente a la única Ley denigrante para España que ha aprobado el Congreso, en el que la izquierda y la ultraizquierda otorgaron su voto a la Ley de Amnistía.
Atentar contra la prensa libre y la Justicia es el principio del fin de las democracias, lo hemos vivido en países hermanos al otro lado del charco. Un claro ejemplo de ello son Venezuela y Cuba.
Años de tropelías bajo el mandato de la izquierda más feroz, del comunismo más atroz, han llevado a sus ciudadanos a vivir en la miseria o a emigrar en busca de una vida mejor.
Madrid, que es la casa de todos, como siempre dice la presidenta, es un bastión para las políticas radicales de la izquierda que desde hace meses representa Sánchez y eso es lo que más le fastidia. No nos engañemos. Estamos ante un PSOE al que no le queda nada de socialista, ni de obrero y, a este paso, si cede a las presiones de Puigdemont, tampoco de español.
Pero ya saben: enfanga, que algo queda