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Bartolomé de las Casas, 2024

El apreciable libro de Díaz Araujo ayuda a la reflexión, de costado, a quienes la prefieren a la propaganda negra, frontal,  en este 12 de octubre de 2024.

El apreciable libro de Díaz Araujo ayuda a la reflexión, de costado, a quienes la prefieren a la propaganda negra, frontal,  en este 12 de octubre de 2024.
Primer desembarco de Colón en América, por Dióscoro Pueblo y Tolín. | Museo del Prado

Hay quienes no siendo testigos directos de acontecimientos históricos decisivos han contado lo que no vieron de una forma inaceptable, a pesar de lo cual han sido creídos y han sustentado, ayudados por intereses fácilmente reconocibles, una exposición no veraz de los hechos. De todos modos, por razón de tales aliados propagandísticos, sus descripciones se han convertido en fe ciega para muchos.

Cuando tal cosa ocurre, la racionalidad desaparece y el dogma triunfa. En este caso, el dogma es la Leyenda Negra antiespañola, que tiene uno de sus orígenes principales en el relato que de la conducta española en la América encontrada hizo el dominico Bartolomé de las Casas.

Para unos, es un héroe del indigenismo que merece el título de Protector de las Indias. Para otros, es un fraile desasosegado capaz de alterar circunstancias, hechos y detalles, con tal de adecuar la realidad a su visión exaltada y ennegrecedora. Para unos, su denuncia agiganta a una España moral frente a otra España cruel y para otros, debería ser encausado por denuncias demostradamente falsas. Como ven, ya no se trata de saber lo que ocurrió de verdad sino de reverenciar o no a un personaje, ídolo manejable según la preferencia.

William H. Prescott, uno de los historiadores de la conquista de México, abiertamente hostil a España, dijo del fraile sevillano y de sus descripciones: "El excelente obispo de Chiapas, escribió con el objeto manifiesto de excitar la simpatía de sus paisanos en favor de los oprimidos nativos; objeto ciertamente generoso, pero que lo hizo separar con mucha frecuencia de la estricta línea de la imparcialidad histórica. No fue testigo ocular de los sucesos de Nueva España, y estaba muy dispuesto a creer todo lo que pudiera contribuir a su fin y a recargar con exceso, si así puede decirse, su argumento, con relaciones de sangre y carnicería, que por su extravagancia llevaban en sí mismas la refutación".

Me he topado en estos días de conmemoración con el interesantísimo libro del argentino católico y antiperonista, Enrique Díaz Araujo, titulado Las Casas, visto de costado. Crítica bibliográfica sobre la Leyenda Negra, editado por la Fundación Elías de Tejada en Madrid (1995) y reeditado en 2022 por la Universidad Autónoma de Guadalajara (México).

Sabedor de que la polémica no se ha resuelto por su mutación en debate extrarracional, se dedicó a recopilar lo que sus coetáneos, autores de los siglos posteriores y biógrafos concluyeron sobre el dominico eludiendo la colisión frontal ("los mitos no pueden mirarse de frente"), desde Pánfilo de Narváez y Antonio Velázquez a Menéndez Pidal, Vasconcelos o Salvador de Madariaga, entre cientos.

Me interesó vivamente saber qué afirmaron quienes vivieron en su mismo momento histórico. Pondré los ejemplos más cercanos en el tiempo:

  • Pánfilo de Narváez y Antonio Velázquez, procuradores de Cuba, 1516: "Este clérigo es una persona liviana, de poca autoridad y crédito. Habla de lo que no sabe ni vio".
  • Fray Bernardino de Manzanedo, de los padres Jerónimos, 1518: "Que Las Casas…es una candela que todo lo encenderá".
  • Rodrigo de Contreras, gobernador de Nicaragua, 1536: "Fray Bartolomé de las Casas es hombre muy desasosegado y perjudicial".
  • Memorial de los vecinos de Guatemala al Rey, 10 de septiembre de 1543: "Engáñase el Padre religioso Las Casas, Dios se lo perdone".
  • Alonso de Maldonado, presidente de la Audiencia de los Confines de Guatemala, 22 de octubre 1545: "Sois un bellaco, mal hombre, mal fraile, mal obispo, desvergonzado y mereceríais ser castigado".
  • Francisco Marroquín, obispo de Guatemala al rey Carlos v, 17 de agosto de 1545: "Yo sé que él ha de escribir invenciones e imaginaciones, que ni él las entiende ni entenderá".
  • Bernal Díaz del Castillo, 1568: "Lo que dice el obispo fray Bartolomé de las Casas, aquello y otras cosas que nunca pasaron".

Pero significativas también son las palabras de José de Vasconcelos, Breve historia de México, 1952: "Basada en las denuncias bien intencionadas, pero exageradas y peor usadas del padre Las Casas, nació la llamada leyenda negra: un conjunto de versiones falsas sobre el coloniaje español, propagadas por los ingleses a principios del siglo XIX cuando se propusieron suplantar a España en el Nuevo Mundo". ¿Y Ramón Menéndez Pidal?: "Nació a la luz de la fama matando la fama de su patria, como el viborezno que al nacer desgarra las entrañas de su madre". O Madariaga: "Inglaterra, Francia y Holanda se encargaron de que los libros de Las Casas circulasen por toda la cristiandad".

A pesar de los ciertos abusos de los encomenderos, nada comparables a las crueldades anglo-franco-holandesas de sus colonizaciones, tras las Leyes de Indias de su abuela Isabel, todo un Carlos V en 1550 aceptó un debate sobre la conducta española en Las Indias (Juan Ginés de Sepúlveda versus el propio Las Casas). Cítese otro caso de elevación intelectual y moral parecido.

El apreciable libro de Díaz Araujo ayuda a la reflexión, de costado, a quienes la prefieren a la propaganda negra, frontal, en este 12 de octubre de 2024.

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