Es público y notorio que todas las radiotelevisiones públicas, sean nacionales o autonómicas, son, en mayor o menor medida, onerosísimos mastodontes propagandísticos al servicio de los Gobiernos y a cargo de los sufridos contribuyentes. Ahora bien, con la excepción de la TV3, nada es comparable al grado de despilfarro de recursos públicos y de sectarismo político que destila RTVE desde que gobierna Pedro Sánchez.
Después de hacer multimillonarias compras a grupos mediáticos afines como Prisa; después de haberse inmiscuido en la programación de TVE hasta el punto de haber aprobado la multimillonaria contratación de David Broncano para que le hiciera la competencia a El Hormiguero de Pablo Motos; o después de haber elevado a una aguerrida militante socialista como Concepción Carcajosa como Presidenta interina del Ente Público, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido modificar a golpe de decreto la elección y composición del Consejo de Administración de RTVE para poder renovarlo sin tener que llegar a ningún tipo de acuerdo con el principal partido de la oposición. Y es que si los miembros del órgano no salen elegidos con el apoyo de dos tercios de la Cámara Baja, que era la mayoría exigida hasta ahora, podrán hacerlo sólo con mayoría absoluta de 176 diputados en segunda vuelta con la que el Gobierno podrá sortear a los partidos de la a oposición constitucionalista.
Téngase en cuenta, además, que el órgano de Gobierno de RTVE, que contaba hasta ahora con 10 miembros —6 elegidos por el Congreso y 4 por el Senado—, pasará a tener 15, pero los cinco nuevos no se repartirán en la misma medida, sino que todos ellos serán seleccionados por la Cámara Baja, donde el gobierno social-comunista y sus aliados separatistas tienen mayoría, a diferencia del Senado, donde el PP cuenta con mayoría absoluta.
El Gobierno tiene la desfachatez de justificar el decretazo con la excusa de dotar al ente publico de mayor "pluralidad" al incorporar candidatos elegidos por los separatistas de Puigdemont y de Esquerra, asÍ como los proetarras de Bildu. Sin embargo, y a renglón seguido, el ministro para la Transformación Digital Óscar López ha asegurado que se producirán contactos con todos los grupos parlamentarios a excepción de los de Santiago Abascal que representan "todo lo contrario a los valores que queremos que estén en RTVE".
El hecho de que el Consejo de Administración de RTVE pase a ser controlado totalmente por el gobierno de Sánchez y sus socios de investidura es una muestra, una más, de la degradación institucional a la que nos aboca un presidente del gobierno dispuesto a lo que sea y con quien sea con tal de mantenerse en la poltrona. A eso le llaman servicio público.

