
Sesión tuberculosa la de este miércoles: floja, cetrina, con sangre en la flema. Un poco como el Madrid de esta temporada, exceptuando la segunda parte contra el Dortmund, claro. Con Sánchez y buena parte de su fiel hueste en la cumbre hispano-lusa de Faro, María Jesús Montero y Félix Bolaños, "los últimos de Filipinas", según Tellado, se ganaron el jornal y la palmadita de su jefe defendiendo en el pleno la honestidad y la honradez de los imputados Begoña Gómez y Álvaro García Ortiz, "presidenta" (Patxi López dixit) y fiscal general, respectivamente, y montando un cadalso parlamentario para el novio de Ayuso, el empresario Alberto González Amador, quien ya se querelló contra el presidente del Gobierno y contra el ministro tridentino por haberle llamado "delincuente confeso".
Cuca Gamarra fue cabeza de cartel en la oposición, en fin. Le preguntó a la viseprecidenta por el pen drive de Ábalos y Montero, aznariana, saltó con que "España va bien" y con que en el PP impera la frustración "porque no tienen proyecto político". Carmen Fúnez, vicesecretaria de Organización genovesa y oradora sin cocer: "Sánchez es el mayor caso de corrupción de España. Es un Gobierno contra el Estado, contra los jueces y contra la prensa". En su réplica, la también ministra de Hacienda, como poseída por Pazuzu, sacó las garras por el pequeño saltamontes de Dolores Delgado de Garzón, investigado, según ella, por combatir la "mentira que dijo la señora Ayuso y el señor Miguel Ángel Rodríguez". Ya puesta, atizó a la presidenta de la Comunidad de Madrid por negarse "a acudir, en un hecho sin precedentes, a una cita con el presidente del Gobierno". Pronunció bien la frase, sin incurrir en su habitual dislexia fonológica. Quizá, por ello, la bancada socialista, en pie, se dejó las manos aplaudiendo. Pues claro que sí, hombre. Cuando las cosas se hacen correctamente, hay que reconocerlo.
Montero manifestó su cólera contra Ayuso… y contra su novio. Juan Bravo resaltó la mala suerte de la viseprecidenta "porque, en cada Gobierno que participa, saltan escándalos de corrupción". Respuesta de esta, entre signos de interrogación: "¿Le dijo usted a Ayuso que una persona no puede cometer delitos fiscales con facturas falsas? ¿Que no se pueden deducir como gastos de la empresa la compra de un Rolex, de un saxofón, de un viaje, gastos que son impropios?". Más calmadita se mostró cuando Ione Belarra expuso la siguiente amenaza: "Si quieren presupuestos, van a tener que romper relaciones diplomáticas con Israel y van a tener que intervenir el mercado de la vivienda". La cara de Bolaños se transformó en un poema malo y triste, de los que se llevan el Espasa de Poesía. La ministra de Hacienda, acongojada: "Lo único que hacen es alimentar el discurso de la derecha". Seguro.
Miguel Tellado: "Parecen los últimos de Filipinas, les han dejado aquí para defender el Clan de los Lingotes". El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, el diputado que mejor ha entendido de qué va este juego y cómo jugar la partida, le preguntó a Bolaños si, como Óscar López, cree "que el PP subcontrata jueces" y si, como Óscar Puente, el terror de los trenes, considera que hay una "conspiración de jueces". El titular de la cartera de Presidencia apuntó, oh, sorpresa, contra Ayuso –"¿Acaso la jefa les come la tostada?"– y contra su pareja, un "ciudadano ejemplar" que "se va de vacaciones a costa de los contribuyentes". Tellado, en su réplica: "La jefa que se comió la tostada se llama Begoña Gómez, en la Moncloa, con presupuesto del Estado". Pumba. Y el ministro tridentino, a lo suyo: "Hay Gobierno para rato y Feijóo para ratito".
Bendodo, casadianamente disperso, mezcló el "viaje ilegal" de Delcy con los ERE y con el último tinglao gubernamental en TVE –ni que TVE hubiera sido, hasta este momento, la Virgen María, vamos–. Cayetana Álvarez de Toledo cantó por Alvarone: "¿Cómo puede perseguir delitos el fiscal general investigado por el Tribunal Supremo por cometerlos?". Bolaños, erre que erre con González Amador: "¿Con quién está: con un ciudadano ejemplar que defrauda 350.000 euros a la hacienda pública o con el fiscal que le persigue?". La diputada del PP, en su sitio: "Yo pregunto y usted contesta. ¿Está acusando al Tribunal Supremo de prevaricar para echar al Gobierno, como hizo el señor Puente ayer?". Su remate, con cicuta: "El principal bulo que circula hoy en España es que sea usted ministro de Justicia". Y, de esta manera, voló un patíbulo parlamentario montado expresamente para un ciudadano de a pie.
