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Pedro de Tena

Un Errejón de muerte para la peor España

El encubrimiento está castigado en el Código Penal.

El encubrimiento está castigado en el Código Penal.
Yolanda Díaz e Íñigo Errejón. | EFE

No crean que me alegro del cruel final (con Iglesias dixit hemos topado y la risa se le escapa de la boca como una víbora) de Íñigo Errejón, pero tampoco estoy dispuesto a que sea pasado por alto, a que ya se haya acabado. Reconoció, dimitió y ¿se acabó? Pues va a ser que no, porque lo que ha ocurrido y el comunicado del interesado dan para mucho más que para una despedida con cierre y colorín, colorado, como Jéssica, la amante del 2, Ábalos, que cree ella que se ha acabado todo dejando el piso de la Plaza de España y a su pagador político. No, hija, no.

Primero, porque la denuncia de Elisa Mouliaá refiere tres agresiones sexuales. Una de ellas, bien llamativa es la que afirma que la empujó sobre la cama y "se sacó su miembro viril". Se le olvidó que sólo el sí es sí durante tres años y argumentó que sí, pero no, si era él el que estaba en el trance y con todas las neuronas en el arco del triunfo. A ver si nos aclaramos. Es que hay una ley desde 2004, hecha por el PSOE y sus socios antinatura, que dice:

La violencia de género a que se refiere la presente Ley comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad."(Artículo 1, 3).

O sea, que cuando el juez tenga noticias de la denuncia de Mouliaá, tendrá que establecer el tipo de delito cometido por Errejón, porque, ¿es un delito o no? Si es que sí, habrá que ver si ha habido un delito de lesiones, maltrato psíquico, delito de amenazas y/o de coacciones leves, muy especialmente en este caso y por no ser familia. En todos estos casos, hay pena de prisión de seis meses a un año. O más, según se interprete lo ocurrido y el texto legal aplicable. ¿O es que todo va a quedar en agua de borrajas, con escándalo político pero sin consecuencia penal?

Pero hay más cosas. ¿Desde cuándo se sabía que Errejón hacía este tipo de cosas, no se sabe con cuantas mujeres? Si como ya se ha deslizado desde Podemos este tipo de comportamientos se conocía desde hace más de un año, ¿lo sabían en Sumar cuando Yolanda Díaz lo nombró portavoz? ¿Quiénes más lo sabían? ¿Lo denunciaron o callaron? Sí, es importante porque el encubrimiento está castigado en el Código Penal. Véase el Capítulo III del Título XX del Código Penal, artículos 451 a 454.

Cuando se ha conocido que se ha cometido un delito, aunque no se haya intervenido en el mismo como autor o cómplice, y no se ha denunciado, eso es encubrir, auxiliando al autor, ocultando, alterando o inutilizando el cuerpo del delito para que no sea descubierto o ayudando a que el autor o autores eludan la investigación. Pues sí, este comportamiento conlleva asimismo penas de cárcel.

Ya han salido más casos, más de Errejón y más de encubridores. Me ha sorprendido lo de Aida Nízar, que no es que me guste precisamente el personaje, pero ha denunciado, ahora, no entonces, que este salido de Errejón le tocó el culo, le exigió el teléfono y que dijo algo así como que, en caso de no aceptar su acoso, no volvería a trabajar en la televisión pública de Cataluña. Ah, y que esto lo sabían Ada Colau, Pablo Iglesias y muchos más. Digo yo que habrá que investigar al obsexo y a sus encubridores, tras llamar a los testigos, que deben ser legión.

Dicho esto, me quiero referir a dos aspectos más. Uno, nauseabundo, que es el que hiede cuando Errejón en su comunicado afirma: "Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano".

Acabáramos. La forma de vida neoliberal será la suya, supongo, muchos miles de euros al mes, viajes gratis y demás privilegios nacionales e internacionales. La mayoría de los españoles trabajamos por sueldos cortitos. Cuando tira sobre la cama a Mouliaá y se saca el miembro, el rejón de su muerte política, ¿la culpa la tiene el neoliberalismo? ¿O ha sido el patriarcado? Es que este tipo, que dice luchar por un hombre nuevo cuando tiene dentro al más antiguo y casposo, ni siquiera ha aprendido a morir con dignidad. La culpa siempre es del sistema, de los otros. Él es sencillamente una víctima. Jajaja.

Y luego está su confesión de no ser coherente con lo que predicaba, cosa que pasa mucho, pero que él parece haber descubierto ahora cuando lo han descubierto a él. Si, la verdad es tóxica para el mentiroso. Aunque seguramente no se ha dado cuenta ha hecho un llamamiento a la ejemplaridad, a vivir como se piensa. O sea, o se vive como se predica o a dimitir. Entonces se acuerda uno del piso de Vallecas y del chalete de Galapagar, de aquello de "azotaría hasta que sangrase" o de los violadores sueltos. Pablo, Irene, ya estáis tardando. Este rejón de muerte os lo ha clavado a vosotros en todo lo alto. No conocéis la coherencia ni la ejemplaridad.

Cerca del Día de Difuntos, entiendo cada vez mejor a aquel sufriente de la España desgarrada que fue Mariano José de Larra. Pero lo corrijo. Aquí, por ahora, yace desde hace mucho la mejor España que muere a manos de la peor, la más hipócrita, la más miserable y la más corrupta en alma y en cuerpo que mata, dicta y entierra en nombre de un ilusorio hombre nuevo al que usan para inhumar la historia real y la sabiduría de la tradición. Ni crean riqueza ni inventan nada útil ni respetan. Sólo quieren mandar. Libertad, ¿para qué?

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