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Mazón no convence a nadie

Se trata de una actitud que contribuye muy poco a que los españoles vean en el PP una alternativa fiable al sanchismo.

La comparecencia del presidente valenciano en el parlamento autonómico el pasado viernes para dar explicaciones sobre lo sucedido durante la DANA no sirvió para aclarar las responsabilidades de su Gobierno en la mayor catástrofe ocurrida en Valencia en el último siglo. Dos son las cuestiones que Mazón tendría que haber aclarado como primera providencia, a saber: por qué prolongó su sobremesa con una periodista valenciana el pasado día 29 de octubre, a pesar de las noticias que ya circulaban sobre las graves consecuencias de la gota fría, y qué ocurrió para que la alerta a los teléfonos móviles se lanzara cuando ya había localidades devastadas y cuerpos flotando en los sótanos de los edificios más afectados. Son dos cuestiones fundamentales para acotar la responsabilidad de Mazón y su Gobierno en una crisis brutal que se ha cobrado 217 vidas humanas hasta el momento, pero el presidente valenciano pasó de puntillas por estos extremos en su intervención y trató de atribuir toda la responsabilidad a la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Gobierno central.

Es cierto que la CHJ no avisó del vertiginoso aumento de caudal del barranco del Poyo, principal causante de la mortandad provocada en el sur de Valencia, pero eso no disculpa la improvisación y falta apabullante de reflejos del Ejecutivo valenciano, con su presidente a la cabeza, cuya actuación no ha estado, ni de lejos, a la altura que se espera de los gobernantes cuando se produce una crisis de esa magnitud. El hecho de que la consejera responsable de emergencias no supiera que podía activar una alerta general a través de las redes de telefonía ya dice mucho sobre el nivel de preparación de los responsables políticos valencianos, completamente sobrepasados por un evento catastrófico como la reciente DANA, cuyas consecuencias no han hecho más que agravar.

Núñez Feijóo mantiene su estrategia de permitir a Mazón gestionar las consecuencias políticas de la catástrofe, como si los fracasos de los gobiernos autonómicos del PP no tuvieran un reflejo directo en la imagen nacional de su partido. Pero, casi tres semanas después de la tragedia, Mazón sigue sin dar explicaciones convincentes y sin anunciar el cese de ninguno de los altos cargos implicados, cuya incompetencia política ha resultado abrumadora. Se trata de una actitud que contribuye muy poco a que los españoles vean en el PP una alternativa fiable al sanchismo, capaz de actuar en cualquier circunstancia con diligencia y responsabilidad.

El PP centra sus ataques el papel desempeñado por el ministerio de Transición Ecológica el día de la DANA y en la huida posterior de Teresa Ribera para no verse implicada en un desastre provocado, en gran parte, por su departamento, pero mal puede la dirección nacional del PP exigir responsabilidades a los miembros del Gobierno central, cuando sus propios dirigentes regionales actúan de manera similar, como hemos visto esta misma semana.

Núñez Feijóo parece estar satisfecho con la gestión política de la tragedia que está realizando el PP valenciano, pero a los ciudadanos no les basta, como hizo Mazón el pasado viernes en el parlamento autonómico, con "pedir disculpas" porque "se podía haber hecho mejor".

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