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Ministra paquete

Lejos de la versión oficial, nada como el relato de quienes están en el terreno, entre el fango.

Lejos de la versión oficial, nada como el relato de quienes están en el terreno, entre el fango.
Margarita Robles. | LD/Agencias

Nuestra ministra de Defensa Margarita Robles ha suspendido de empleo y sueldo, además de cesar en su destino, a un soldado del Ejército de Tierra. La noticia se propagó como la pólvora en las redes sociales: un militar español se quejaba de la inacción de los soldados en la zona afectada por la riada —¡que no fue la DANA, que no!—, debido a que los superiores estaban esperando órdenes políticas. ¿Qué dijo este soldado?

En un vídeo grabado por otra persona con un teléfono móvil, mostraba su frustración:

"Nos tienen parados, sin hacer nada. Llevamos 24 horas en Valencia sin hacer absolutamente nada". Uno de sus compañeros reforzó estas declaraciones en ese mismo instante: "Es una vergüenza. Podríamos estar ayudando a la gente, pero estamos aquí parados". El primero añadió: "Nos asignan zonas donde no hay absolutamente nada que hacer, mientras hay gente que necesita ayuda urgente. Podríamos estar usando vehículos 4×4 para sacar coches de las carreteras, llenando camiones de escombros o simplemente prestando apoyo psicológico a quienes lo necesiten".

Estas declaraciones han supuesto la apertura de un expediente disciplinario por la presunta comisión de una falta muy grave, conforme a la Ley Orgánica 8/2014 del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, artículo 8.1:

El incumplimiento del deber de fidelidad a la Constitución y la realización de actos irrespetuosos o la emisión pública de expresiones contrarias al ordenamiento constitucional, a la Corona y a las demás instituciones y órganos constitucionalmente reconocidos, cuando sea grave o reiterado.

El vídeo fue enviado a un civil, quien lo subió a las redes sociales. Así, el resto de ciudadanos pudimos observar, con sorpresa, la realidad de la situación. Lejos de la versión oficial, nada como el relato de quienes están en el terreno, entre el fango; un fango que aún persiste a finales de enero de 2025, aunque el desastre ocurriera el 29 de noviembre de 2024. Y mientras tanto, nuestra ministra de Defensa Margarita Robles se preocupa más por sancionar a un soldado que expuso la realidad. ¿Será por generar una presunta alarma social? Vamos a echar un vistazo a la hemeroteca. ¿Nos acompañas Margarita Robles?

Margarita Robles, ministra de Defensa, gozaba de buena reputación entre gran parte del periodismo de este hermoso país llamado España. Incluso algunos periodistas alejados de la línea oficial del socialismo confiaban en ella. Su trayectoria como magistrada del Tribunal Supremo y su disposición afable en entrevistas con medios no afines al PSOE alimentaban la esperanza de que su gestión en el ministerio sería ejemplar. Sin embargo, ante esta catástrofe, algunos de ellos —no todos, aún— han comenzado a abrir los ojos. Quizás desconocían su forma de actuar frente a las víctimas y familias afectadas por el accidente de Hoyo de Manzanares, cuando unos explosivos caducados detonaron accidentalmente durante unas prácticas. Robles se negó a indemnizar a los afectados. Pueden preguntar al teniente de Infantería de Marina (r) Pepe Candón Ballesteros. Perdón por este paréntesis. Retomo.

La señora Margarita Robles, nuestra ministra de Defensa, no se desvía ni un ápice del ideario de Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Ni uno. El 1 de noviembre de 2024, fue entrevistada en un medio afín, complaciente, receptor de favores y simpatías del Gobierno. Durante dicha entrevista, y ante la sorpresa de muchos profesionales de la Defensa y Seguridad, nuestra ministra aseguró, al ser preguntada sobre la posibilidad de que las Fuerzas Armadas ayudasen en temas de seguridad para evitar saqueos y pillajes:

—No podemos pretender que el Ejército lo haga todo. Son labores que corresponden a la Administración, en este caso la Administración valenciana, o en este caso, labores de seguridad.

En conversaciones privadas, surgió una terrible idea, un temor inquietante sintetizado en una sola pregunta: ¿cómo es posible que nuestra ministra de Defensa, Margarita Robles, diga que el Ejército no puede hacerlo todo? ¿Acaso la seguridad no es competencia del ministerio del Interior con Fernando Grande-Marlaska a la cabeza? ¡Otro juez por aquí pululando! ¿Será casualidad?

Muchos españoles desconocen la verdadera naturaleza del Ejército más allá de desfiles, exposiciones o reportajes sobre misiones internacionales de apoyo humanitario. Especialmente entre los jóvenes —de 45 años hacia abajo—, hay un desconocimiento generalizado: el Ejército es un estado dentro del estado. Dispone de los recursos necesarios para suplir al Estado en caso de conflicto o catástrofe: personal, material, sanidad, justicia, armas, municiones y transporte por tierra, mar y aire. Incluso espacio —según los socialistas, ¡manda güevos!—. Todo ello está al servicio de los ciudadanos cuando otros servicios de seguridad y emergencia no pueden asumir esas tareas.

Esta falta de conocimiento lleva a que no se perciba la gravedad del vídeo del soldado, ni tampoco las declaraciones de nuestra ministra de Defensa, Margarita Robles, que podrían ser interpretadas como contrarias al artículo 8.1 del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas. Desconozco si este artículo es aplicable a la titular del ministerio, pero, en caso contrario, sería pertinente que Margarita Robles presentase su dimisión inmediata. No se trata de llegar al extremo del seppuku o harakiri japonés, pero quizá le quede algo de dignidad. Quizá.

El pueblo español confía en el Ejército, no en nuestra ministra. ¿Recuerdan cómo ella y su séquito de palmeros increpaba a jóvenes afectados por la riada? ¿Por qué la señora Robles ya no acude allí donde hay personal civil afectado por la riada? ¿Miedo?

¿Acojone?

Menuda paquete.

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