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España cada día se parece más a Argentina

Los sectores eficientes de la economía subvencionarán con impuestos la reducción de jornada de los ineficientes.

Los sectores eficientes de la economía subvencionarán con impuestos la reducción de jornada de los ineficientes.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. EFE/ Pablo Garrigós Cucarella | EFE

La derecha inteligente no debería oponerse a las subidas del salario mínimo interprofesional en España. Y la izquierda inteligente no debería apoyar la reducción de la jornada legal de trabajo en España. Y es que lo uno y lo otro, el SMI y la duración jornada, remiten a dos aspectos del mismo problema crónico, el que condena a la mediocridad a la economía española pese a los falsos espejismos de prosperidad episódica como ese que ahora mismo ilustran las cifras del PIB. A mí, como sabrá el lector, no me gusta Milei. Pero lo que no me gusta sobre todo es la economía argentina. De ahí que me alarme que la estructura profunda del sistema productivo español comience a parecerse en demasiados aspectos a la propia de Argentina.

Argentina es un desastre absoluto desde hace cien años porque el único sector eficiente de su economía, la agricultura, se ve obligado a subvencionar a la industria y los servicios al deber transferirles por la fuerza los dólares que obtiene de exportar al extranjero. Gobierne quien gobierne, los productivos sostienen siempre a los improductivos. He ahí todo el misterio de la economía argentina. Y en España —decía— cada vez nos acercamos más al paradigma argentino. ¿Qué es un fijo discontinuo? Es alguien en nómina de una empresa ineficiente de la costa en los meses de la temporada turística cuyo sustento durante el resto del año sale de los bolsillos de quienes operan en el sector eficiente de la economía. En el fondo, lo mismo que en Argentina.

En España, hace treinta años que la productividad permanece congelada. Pero si la productividad no crece, alguien inevitablemente tiene que perder en caso de que queramos reducir la jornada de trabajo. O pierde salario el trabajador, primera opción. O pierde beneficios el empresario, segunda opción. Aunque existe también la salida a la Argentina: los sectores eficientes de la economía subvencionan con impuestos la reducción de jornada de los ineficientes. Huelga decir que esa será la opción final elegida por el Gobierno. Vamos de cabeza al modelo argentino.

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