La estrategia diseñada por el equipo de Moncloa para salir de ésta es como para despedirlos a todos. Iván Redondo dista mucho de ser lo listo que él cree que es, pero no tiene comparación con Diego Rubio, que es a quien tiene Sánchez ahora, y que escribió una tesis sobre la ética del engaño en política. No sé qué le va a enseñar éste al maestro de la trola, que también escribió una tesis, no sobre el tema del engaño, sino que ella misma era un engaño. Es como si Gengis Kan fichara a Atila para que le enseñara a arrasar pueblos.
La primera idea fue dar pábulo a la posibilidad de que el apagón fuera consecuencia de un ciberataque, a ser posible ruso. Alguna responsabilidad habría cabido al Gobierno, pero desde el que inventen ellos, los españoles somos muy tolerantes con respecto a la ignorancia tecnológica y creemos que a cualquier Gobierno español se la pueden ahí dar con queso y todo compatriota será comprensivo con él. Pero eso no tiene visos de ser lo que ha pasado. De modo que, como el buen recortador, Sánchez tenía un plan B para burlar la cornada del apagón. Y es la de echarle la culpa a las eléctricas. Para ello, lo primero que hizo fue calificar de privada a Red Eléctrica Española, que ya no se llama así, diciendo que es una empresa privada cuando es groseramente pública, como prueba que a su frente esté una ex ministra del PSOE. Luego, ha citado en su residencia a varias compañías eléctricas para parecer que les va a cantar las cuarenta por el apagón como si fuera culpa de ellas, las muy capitalistas. Dócilmente acudirán a la cita dejando que el plan de incriminarlas tome cuerpo, pero, aun así, la maniobra es tan burda, que es increíble que los asesores monclovitas piensen que puede colar.
Aunque fueran realmente responsables, tendrían que serlo todas a la vez, puesto que el colapso fue nacional. Y, en todo caso, la responsabilidad de un apagón semejante sólo puede ser del Gobierno, cuando menos por culpa in vigilando. Además, es obvio que la competencia es de Red Eléctrica Española, que si no está para esto no está para nada. No sólo, sino que fue el presidente del Gobierno y la presidenta de Red Eléctrica, no los presidentes de Endesa o Iberdrola, quienes dijeron que los apagones eran imposibles en España.
A la red eléctrica, que no la vemos, le pasa lo que a la red de carreteras o de ferrocarriles, que sí las vemos, que no se reparan ni se hacen obras de mantenimiento porque hacerlo cuesta un dinero que no da votos. Y exactamente igual que están dejando que se deterioren irremisiblemente las redes viarias, hacen lo mismo con la eléctrica. El problema para Sánchez no es que haya más apagones, sino encontrar a quien echarle la culpa de los que sucedan. A este paso, acabará responsabilizando a nuestros buenos amigos portugueses.