
Durante la semana en que se desarrolló Eurovisión, la televisión estatal española, RTVE, se caracterizó por una campaña de acoso y derribo contra la representante israelí, Yuval Raphael, una superviviente de la matanza perpetrada por Hamás. El presidente de RTVE, un comisario político designado por Sánchez, sigue así la estela antisemita del gobierno del PSOE y sus aliados de extrema izquierda. De esta manera, la izquierda española continúa con la infame tradición característica de buena parte de la historia de España, desde la expulsión de los judíos hasta expresiones todavía usadas como "perro judío" o "judiada", incrementada ahora porque la izquierda, manifiestamente populista y solapadamente totalitaria, ha encontrado en los islamistas unos aliados en su lucha nihilista por la destrucción.
Antes de la final de Eurovisión, RTVE y su presidente publicitaron el mensaje: "Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina". Orwell estaría fascinado por este Goebbels de pacotilla que Sánchez ha sacado de la misma chistera donde tenía escondidos a Ábalos y Tezanos. Hace falta todo el cinismo de Sánchez y la mentira del Big Brother de 1984 para hablar de paz y justicia para los palestinos mientras se boicotea a una superviviente de un atentado terrorista. También es orwelliano que hagan pasar su antisemitismo por antisionismo, ya que, cuando corean el pretendidamente poético lema "Desde el río hasta el mar", en realidad están llamando al genocidio de los judíos mediante la destrucción de Israel. Por supuesto, los palestinos les importan un bledo y no moverán un dedo —al contrario— para evitar que integristas, fundamentalistas y terroristas islámicos sigan discriminando brutalmente a mujeres, homosexuales, ateos y disidentes políticos.
Alain Finkielkraut advierte: "En Francia, el antisemitismo forma parte de la extrema izquierda y de una parte creciente de la población de origen inmigrante. Es especialmente preocupante que la extrema izquierda defienda el islam radical y antisemita por dos razones: ideológicamente, porque para ellos los musulmanes son los nuevos judíos, los desheredados; pero también por razones tácticas, porque hoy hay muchos más musulmanes que judíos en Francia. Así que el islamismo de izquierdas también tiene futuro, y eso me da miedo".
Pero aún da más miedo en España, porque los antisemitas franceses no están en el palacio del Elíseo, mientras que en España sí están en el palacio de la Moncloa. Del mismo modo que los peores totalitarios se autodenominan "antifascistas", los antisemitas más salvajes usan el lenguaje del antirracismo. Los antisemitas de derecha, vinculados a partidos nazis, son fáciles de detectar y neutralizar; sin embargo, los antisemitas que pretenden ser progresistas inoculan el veneno del odio a los judíos con la anestesia ideológica de su socialismo. La socialdemocracia, El País por ejemplo, y la extrema izquierda españolas, pongamos que hablo de Irene Montero, solo hay un tema en el que se fusionan: su antisemitismo patológico. Que todos ellos se hayan aliado para tratar de echar a una judía de un concurso nos recuerda una vez más la razón de ser de Israel: los judíos siguen sin estar seguros en Europa. Comparaba Irene Montero a Netanyahu con Hitler, pero ya que se menciona al espantoso antisemita austríaco, no está de más señalar que él también habría querido expulsar a la cantante judía de Eurovisión, como han pretendido RTVE e Irene Montero.
Eurovisión advirtió a RTVE que, de seguir con la politización del festival, la multaría. Una politización selectiva que no alcanzaba a Azerbaiyán, también participante en Eurovisión, una dictadura brutal que está cometiendo una limpieza étnica de miles de armenios en el Nagorno-Karabakh. Por supuesto, a Fortes y compañía les da igual, porque están tan acostumbrados a parasitar el presupuesto público que unos miles de euros más que pagaremos nosotros para satisfacer su narcisismo moral les es completamente indiferente. Prefieren que los contribuyentes paguemos su postureo y su complicidad encubierta con Hamás para llevar a cabo lo que explícitamente manifiestan: el antisemitismo de cierta izquierda europea que odia a Israel por sus raíces judías y su Estado de derecho liberal.
Lo que no es una opción es el antisemitismo flagrante y la captura ideológica de las instituciones estatales, como RTVE, por parte de los socialistas. No, José Pablo López no es el presidente de RTVE, sino el comisario ideológico de Sánchez y el PSOE. Contra el antisemitismo y la politización de los socialistas que han asaltado RTVE, hay que estar del lado de los palestinos e israelíes que se oponen al terrorismo. Por eso voté a la israelí Yuval Raphael. Palestina libre, sí, pero de Hamás y sus cómplices. Canta Yuval: "La oscuridad se desvanecerá, todo el dolor pasará, pero nosotros nos quedaremos". También pasará la manada mediática de Sánchez, pero nosotros no seguiremos igual, porque estaremos envilecidos para siempre por haber permitido que esta ralea de antisemitas vuelva a manchar la historia de España.
PD. Israel ha conseguido la segunda posición en el Festival de Eurovisión, lo que significa que a pesar de la campaña obscena de los antisemitas socialistas de RTVE, hay esperanza en Europa para evitar que las campañas de odio contra los judíos tengan éxito.
Un saludo al presidente de RTVE José Pablo López y los comentaristas Julia Varela y Tony Aguilar que no solo no han conseguido expulsar a la cantante israelí, sino que han tenido que ver cómo gran parte de España y Europa hacía caso omiso de su israelfobia.