Las revelaciones sobre la existencia de una red mafiosa en el seno del PSOE, creada para tratar de anular policial y judicialmente las investigaciones sobre los numerosos casos de corrupción que acorralan a Sánchez, ha agotado definitivamente la paciencia de la inmensa mayoría de españoles. Ya no se trata de conductas irregulares al amparo del poder, de enchufar a familiares o meter prostitutas en el presupuesto público, sino de toda una operación puesta en marcha para extorsionar a los jueces, fiscales y policías encargados de esclarecer los escándalos protagonizados por el círculo íntimo del presidente del Gobierno, algo que solo ocurre en los peores regímenes autoritarios.
Alberto Núñez Feijóo ha dado un paso adelante para canalizar democráticamente la indignación popular, como corresponde al líder de la oposición y principal candidato a derrotar a Sánchez en las urnas, si es que el PSOE le deja presentarse de nuevo. La concentración de ayer en el centro de Madrid responde a esa necesidad de la sociedad de expresar su hartazgo, ante una degradación de la vida política como nunca antes se había visto en España.
El líder popular estuvo acompañado por Aznar y Rajoy, así como por los principales barones populares, encabezados por Isabel Díaz Ayuso en calidad de anfitriona. En medio de un calor sofocante, Feijóo animó a los asistentes a "defender la democracia, que nos pertenece a todos" y a poner las bases para "acabar con esto en las urnas, democráticamente", confirmando que él estará "a la altura de este gran país". Entre gritos de "Sánchez, dimisión", Feijóo canalizó durante su intervención la indignación popular "frente a un presidente que se esconde y un Gobierno que nos miente".
La presidenta de Madrid, por su parte, denunció las maniobras del sanchismo, que pone en marcha "operaciones de Estado cutres" contra las autoridades "que destapan la corrupción del Gobierno", en referencia a las cloacas del PSOE. "Lo último que le faltaba a España es un Gobierno corrupto y sin principios", señaló Díaz Ayuso entre el clamor de los asistentes, a los que advirtió de la gravedad de la situación actual porque "es así como nacen las dictaduras".
Es cierto que la convocatoria de esta concentración tiene una lectura en clave interna, como elemento de cohesión de todo el PP de cara a su próximo congreso, anunciado para dentro de unas semanas. Y que está marcada, también, por la ausencia de Vox y el distanciamiento cada vez mayor entre dos partidos obligados a entenderse para derrotar a Pedro Sánchez. Pero el escándalo de las cloacas socialistas y el goteo constante de revelaciones, a cuál más grave, merecían una respuesta ciudadana a la altura de las circunstancias como vimos ayer en Madrid.