Menú

A Marlaska le gusta Torre Pacheco

Marlaska podría haber puesto fin a la violencia en cuarenta y ocho horas, enviando a una compañía de antidisturbios.

Marlaska podría haber puesto fin a la violencia en cuarenta y ocho horas, enviando a una compañía de antidisturbios.
Despliegue de la Guardia Civil en Torre Pacheco. | Europa Press

El Campo de Cartagena nunca ha tenido un problema de convivencia con la población magrebí que llegó en los años ochenta y noventa del siglo pasado. La mayoría vino de manera legal pero, incluso los que no lo hicieron, se instalaron en la zona, buscaron trabajo y crearon sus familias en paz con sus vecinos españoles. Son las oleadas más recientes de ilegales las que han degradado la convivencia y aumentado la inseguridad de las zonas donde se han asentado, como sabe bien la gente que vive en esos lugares. Llevamos años recibiendo a lo peor del Norte de África, unos tipos que lo tienen todo perdido porque lo peor que les puede pasar es acabar en prisión, pero un centro penitenciario europeo es para muchos de ellos un resort de lujo, sobre todo si han disfrutado de la hospitalidad del sultán en alguna de sus cárceles. Eso es un hecho innegable y lo menos que podría hacer la izquierda es cerrar la boca y mostrar algo de respeto por las víctimas que sufren cada día el desastre que sus políticas han provocado.

El ministro de Interior dice, y los voceros progres repiten, que asociar la criminalidad a la inmigración ilegal es una falsedad. Bueno, las propias estadísticas de su ministerio dicen lo contrario. En términos numéricos, un sector que representa al 10 por ciento de la población comete el 30 por ciento de los delitos, lo que implica que, hombre, algo sí tiene que ver el origen ilegal de los delincuentes. Los nombres de los detenidos cada fin de semana en cualquier ciudad de España también ofrecen una pista para intuir la filiación de los criminales, pero ¿A quién va a creer la buena gente de Torre Pacheco, al magrebí ilegal que le enseña un machete o a Grande Marlaska cuando vuelve de Londres, de ver la final de Wimbledon?

La paliza al anciano de Torre Pacheco ha sido el detonante de una oleada de protestas que ha generado situaciones de violencia. La gente de la zona lleva años sufriendo robos en sus viviendas, amenazas violentas, degradación absoluta de los servicios públicos, existencia de guetos en manos de criminales y miedo a salir a la calle en según qué ocasiones. Los políticos del consenso nunca se han preocupado de ellos. Ahora que ha explotado todo sí se preocupan, pero solamente de acusar de nazis a todos los pachequeros, olvidando que estamos ante un estallido que se ha estado cebando durante años ante la indiferencia de los que estaban obligados a evitarlo.

Las ONG que contribuyen al efecto llamada del Gobierno dicen ahora que hay que trabajar la multiculticulturalidad de las buenas gentes del Campo de Cartagena, pero si el problema de violencia lo han provocado bandas de nazis llegadas de fuera, como dicen todos los días en La Sexta, ¿Para qué hay que reeducar a la población local? Pues por dos razones fundamentales, a saber: Porque la estrategia es seguir fomentando un sentimiento de culpabilidad de los españoles reacios a dejarse apalear por delincuentes extranjeros y porque esas campañas de convivencia multicultural van a aumentar las subvenciones públicas que ya reciben las entidades beneficiarias, las únicas que van a salir ganando en esta sucia operación.

Marlaska podría haber puesto fin a la violencia en cuarenta y ocho horas, enviando a una compañía de antidisturbios para apalear convenientemente a los agitadores más señalados y detener a un par de docenas de elementos de uno y otro bando. No lo ha hecho (ni lo hará), porque Torre Pacheco desvía la atención sobre la abrumadora corrupción del sanchismo y su última traición a todos los españoles con el pacto fiscal para Cataluña. En última instancia, en Torre Pacheco y los pueblos vecinos el PSOE es ya tercera fuerza política, por detrás de Vox. Para los socialistas, los hombres y mujeres de Torre Pacheco, incluidos los inmigrantes que trabajan y quieren vivir en paz, son simplemente, carne de cañón.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal