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Sánchez no tiene la bomba, pero tiene la kale borroka

En el País Vasco es una secuencia lógica que pasen de apoyar a la ETA a apoyar a Hamás.

En el País Vasco es una secuencia lógica que pasen de apoyar a la ETA a apoyar a Hamás.
BILBAO, 03/09/2025.- La iniciativa Gernika Palestina ha invadido este miércoles un tramo de la Gran Vía de Bilbao al paso de la Vuelta ciclista por la capital vizcaína en protesta por la participación del equipo Israel Premier Tech y en apoyo a Palestina por lo que ha tenido que intervenir la Ertzaintza y modificar la línea de meta. EFE/ Miguel Toña | EFE

Las represalias que ha anunciado el presidente del Gobierno contra Israel son puramente decorativas. Están destinadas en exclusiva al consumo interno. Su misma irrelevancia como instrumento de presión subraya su origen. Es un origen oportunista que enlaza estrechamente con las protestas de estos días. Las represalias no hacen más que completar la coreografía de banderas palestinas y agresiones a ciclistas. Sánchez se ha puesto simbólicamente al frente de la kale borroka contra la Vuelta ciclista a España que montan los batasunos en el Norte y los nacionalistas radicales en Galicia.

La ineficacia de las sanciones anunciadas la reconoce el propio Sánchez. La reconoce cuando dice que no puede frenar solito a Israel porque no tiene bombas atómicas ni medios coercitivos suficientes. Esta declaración de impotencia es, al mismo tiempo, una declaración de intenciones. Una declaración de intenciones muy abracadabrante. Meter la bomba atómica en medio de un discurso hostil contra un país suena amenazante y lo es. Viene a decir: si la tuviera, se iban a enterar. O el que escribió el folio quería sugerir esa "solución final" o es de una torpeza infinita. A qué cabeza de chorlito se le ocurre sacar la bomba atómica cuando está denunciando un exterminio.

A falta de bomba, tiene la kale borroka. Es el instrumento de presión disponible y se está empleando contra todos los ciclistas que compiten en la Vuelta. Contra unos deportistas a los que impiden terminar una carrera, ponen en riesgo de caídas y tiran de la bici sin miramientos. En el País Vasco es una secuencia lógica que pasen de apoyar a la ETA a apoyar a Hamás. La gran solidaridad con los palestinos que hay allí no tiene otra causa que la gran conexión que hubo entre ETA y las organizaciones terroristas palestinas. En Galicia, la presión corre a cargo del nacionalismo radical.. Unos y otros siempre han querido boicotear la Vuelta por ser española. Ahora lo hacen con el pretexto de Gaza y lo hacen con el aval del Gobierno.

El aval es el mutismo ante los hechos violentos en la Vuelta. El lendakari Pradales salió compungido, si no a condenar la violencia, al menos a deplorarla. Le han fastidiado la estampa de tranquilidad del País Vasco con unas imágenes que recuerdan que ahí siguen los herederos de ETA, imágenes que se han visto en todo el mundo. Sánchez no ha deplorado ni condenado. Su ministro de Exteriores tampoco. Al contrario, quiere que se expulse al equipo que lleva el nombre de Israel. Pero no sólo por la inveterada costumbre de ceder ante la violencia. Es que la única represalia visible que puede presentar el Gobierno es el hostigamiento a los ciclistas de la Vuelta.

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