
Xabi Alonso está introduciendo un concepto que es novedad para todos los futbolistas del Real Madrid: no hay un once fijo. Carlo Ancelotti tenía a sus jugadores de confianza y, prácticamente, daba igual el rendimiento de ellos, de forma individual o colectiva, o el rival que estuviera enfrente. No hace falta poner nombres. Podían jugar mal y ahí seguían siendo titulares, un día tras otro. Tenía 14-15 futbolistas preparados. Y ya está. Xabi Alonso no quiere eso. De hecho, busca lo opuesto. Este estilo, el de Ancelotti, muy válido cuando las cosas van bien —ahí están los resultados— también genera un vestuario viciado donde la palabra estatus cobra más importancia que la del rendimiento o el esfuerzo, un vestuario donde el jugador cree estar a la misma altura que el entrenador. Xabi Alonso mandó un mensaje muy claro sentando a Vinicius Junior: le importaba más el presente que el pasado. Fue un mensaje al vestuario, no solo a Vinicius. Quien no rinda como debe, está permitiendo que otros puedan quitarle el puesto, incluso si no están haciendo méritos, como es el caso de Rodrygo. Xabi Alonso fomenta la competencia interna, algo necesario en cualquier vestuario donde no solo hay 11 jugadores de primer nivel.
Es lo que está haciendo Hansi Flick desde que llegó al Barcelona y tanto gusta a propios y extraños. Eric García ahora es titularísimo. Jules Koundé empezó siendo suplente. Robert Lewandowski se lesionó, Ferrán Torres aprovechó esa oportunidad y ahí sigue el polaco de suplente. Y esto, sin tener en cuenta las formas. Flick implementa un sistema de rotaciones en el que, salvo Pedri o Lamine, pocos se salvan de un banquillo. Si muchos vieran las rotaciones de Giráldez en Vigo, alucinarían. El Real Madrid no es el Celta de Vigo, lo sé, pero sí se puede comparar o debe compararse con el Barcelona de Flick o el PSG de Luis Enrique: campeón de Europa y dejando en la grada a Dembelé, el balón de oro, por no cumplir con su papel. Entiendo que Florentino Pérez contrató a Xabi Alonso, entre otras cosas, porque quería lo mismo.
El Real Madrid no tiene una superplantilla para que luego no se utilicen. ¿O es que el caso de Güler no es suficiente? Un talento que se estaba apagando porque le tocaba "chupar banquillo". Vinicius tiene la suerte de que Rodrygo está peor que él. Ese es su mejor argumento para defenderse ¿Cuál es el de Fede Valverde? ¿Qué lleva siete temporadas en el Real Madrid? Ninguno vale. Su puesto está en peligro o, por lo menos, no van a jugar tanto, y deben asumir esta nueva situación. Si como Fede ha reconocido, no está cómodo esta temporada, es lógico que le pueda tocar ir al banquillo y que entre, Ceballos, por ejemplo, que le da más sentido a la jugada que un centro del campo que ya hemos visto con Tchouaméni, Bellingham y Valverde, es insuficiente.
Desde el club harían bien en respaldar esta idea que quiere volver a implementar Xabi Alonso. Ya lo hizo con José Mourinho y debería hacerlo de nuevo. Este concepto, tan moderno en un fútbol con tantos partidos, se ha ido perdiendo en varias etapas. ¿Si Valverde se enfada? Pues a trabajar más y a intentar ser mejor que tu compañero y a darle motivos al entrenador para que apueste por ti. Güler es el ejemplo más claro. ¿Alguien dejaría en el banquillo al turco para meter a Bellingham? Creo que pocos lo harían y esta pregunta hace nada era una temeridad. No busquéis un once porque no entran todos. Es imposible. Solo se juega con once. No encajan Mastantuono, Vinicius, Mbappé, Güler, Bellingham, Valverde, Tchouaméni, Camavinga... y si encajan, es como la pieza de puzzle que la metes a presión. Mejor no hacerlo porque de ahí no saldrá un equipo natural y no solo Valverde jugaría fuera de la posición que ellos quieren. Hay combinaciones o encajes que son mejor no forzarlas. Trabajo. Meritocracia y respeto al entrenador,, a los compañeros y al club. No hay más.
Licenciado en Periodismo y Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad San Pablo CEU. Trabaja como redactor del Real Madrid en esRadio y Libertad Digital y actualmente es el presentador de Fútbol es Radio.
