
Se esperaba de la UCO el "Informe Cerdán", al que se creía limitado al hoy recluso, anteayer mandamás en las vidas y haciendas de los cuates "pata negra", los putigolfos "etiqueta negra" y las fortunas "pasta negra". Pero, esta vez, la UCO se ha superado en su función de policía judicial y también como instancia higiénica de la vida pública española. Lo que ha llevado al Supremo, en trescientos folios y muchas fotos, son las memorias de una banda de ladrones que opera, porque sigue operando, en el Gobierno de la nación, aunque gobierne contra ella, y bajo unas siglas, PSOE, que, a su tradición golpista y criminal de siglo y medio de historia, añade ahora un factor nebuloso, inconcreto, de perfiles abultados, pero poco iluminados. El problema de fondo está en dilucidar qué es el PSOE. ¿Una mafia dentro de un partido, incrustado en el Gobierno, o un partido dentro de una mafia?
La estética de la falta de ética
Decimos de las fechorías del sanchismo (cuyo líder no es Pedro Sánchez sino Pumpido, la Non-Sancta Compañía Prevaripumpidiana), al quedar al descubierto la última, que siempre van más allá de lo que imaginábamos. Y no falla: cada vez que repetimos "parece imposible" agravarlo, lo agravan. En el último caso, el de los sobres con sobresueldos que repartía Ferraz a sus jefes, los dos secretarios de organización, Koldo y sus esposas, a la ruina ética se añade la estética en el idioma, delator del garrulo millonario.
Hablar de chistorras y lechugas para los billetes no es un rasgo popular, solamente basto. La lengua española, que cultiva su raíz popular, la del Romancero, suele estar más atenta a la música que a la letra y usa términos del hampa, siempre que suenen bien. En cambio, satiriza los latines si son para presumir socialmente. Véase Quevedo:
"…este es el culo, en Góngora y en culto / que un bujarrón lo conociera apenas") o Valle Inclán: "si no la diña usted, la diña la madre Patria. ¡De risa me escacho!".
Cultismos y vulgarismos siguen la música interna del idioma, y alternan lo grave y lo ligero. Nunca conciertos de bombo con cencerros a modo de platillos. Los sacamantecas (vulgarismo) del monstruo de Tréveris (cultismo), o sea, los sociatas, son burros sin herrar que yerran en manada. Pero mejor decir chistorras, término popular español, que "se producieron" (Pili Juerga) o "el presidente propició un discurso" (El Tucán de Fene).
¿La doble financiación es del PSOE o de su mafia?
Había consenso unánime en que la doble financiación del PSOE o de la mafia que con él se confunde, era lo peor que, en términos judiciales, podía venírsele encima a Pedro Sánchez y a su gobernado Gobierno. Ya le ha caído, con aparato burlesco, que es la música de charanga de los juicios políticos. La forma en que hablan con sus esposas y queridas o entre sí los dos mandamases del partido y, en el caso de Ábalos, de años de Gobierno, es pintorescamente obscena u obscenamente pintoresca, según los casos. Koldo, perejil de todas las salsas, caldo de todos los guisos, y contable de todos los atracos, es el más chocarrero. Pero lo serio es la magnitud de las propinas que a sí mismos se daban: dos mil chistorras, un millón de euros. Y es para celebrar las elecciones de 2019, cuando se lanzaron a robar como locos aprovechando la pandemia. Parece un aliciente a la productividad.
El PSOE, cuya estrategia de defensa es brillantemente calamitosa, ha declarado que los pagos a Ábalos se declararon legalmente en la instancia que correspondía, y que los pagos fueron aprobados sin problema alguno. El verdadero problema es que los aprobó el Tribunal de Cuentas, presidido por la militante socialista Enriqueta Chicano, y cuyo supervisor parlamentario era Santos Cerdán, que hoy en la cárcel por corrupción. O sea, que habría que revisar, quizás con la UCO como policía judicial, la forma en que se produjo esa aprobación, y las posibles irregularidades a que pudo conducir ese control político del Tribunal por la mafia del PSOE.
Al margen de la inadvertencia, dudosa, o la complicidad, previsible, de esa instancia legal, el hecho es que en el PSOE entraba mucho dinero de forma ilegal, porque está prohibido aceptar donaciones de origen desconocido, pero las empresas agraciadas con la lotería de las concesiones de obra pública en gobiernos del PSOE no podían hacerlo de forma legal. Dice la sección política de esa banda que todo se hizo con la máxima transparencia. Pues nada, empecemos por aclarar de dónde vino ese millón de euros para los paladines de la ética política al contado. La impresión es que, al terminar las elecciones, quedó o hicieron que quedara bastante dinero, donado anónima y legalmente para la campaña, y que, al ser el dinero ilegal en su origen, lo hicieron desaparecer en sus bolsillos, garantía de discreción, por la cuenta que le traía, para esta mafia sociata.
¿Fue Sánchez el único que no se llevó el dinero negro o fue el primero?
Lo más delicado para el presidente del Gobierno y su señora, en régimen de gananciales, es lo que todo el mundo se preguntará, dados los antecedentes, si Pedro Sánchez podía conocer y aceptar que sus dos manos derechas se llevaran millones del dinero del partido, legal o ilegal, sin que el primer sobre y el más abultado fuera para el demiurgo de su fortuna. Al menos como regalo para las niñas, que en esos años surfeaban la caprichosa edad de la adolescencia. Claro que eso no podría guardarse aquí, así que, de nuevo, nos vemos abocados a investigar la transitadísima ruta del Falcon. ¿Era Begoña Gómez la que llevaba el dinero a República Dominicana? ¿Era el propio presidente del Gobierno? ¿Era alguno de sus agraciados con los salvamentos financieros y concesiones públicas del visir de la Moncloa?
Dicho de otro modo: ¿es creíble que en un partido donde todos los que mandaban en el partido se lo llevaban crudo, Pedro Sánchez y/o Begoña no se llevasen absolutamente nada? ¿Qué nunca se dieron cuenta de nada, cuando se sabe que la mujer de Ábalos le contó a Begoña que el padre de sus hijos y aún marido llevaba una doble o triple vida, tan cara como ofensiva para el vínculo y peligrosa para el partido y el Gobierno, que entonces pastoreaba?
Imposible. Lo primero que Begoña Gómez le habría preguntado, por su propia experiencia técnica de la vida prostibularia, era de dónde sacaba el dinero para pagar sus vicios. Porque con el sueldo oficial, era imposible. Y si no le preguntó nada fue porque sabía perfectamente que se lo estaban llevando crudo todos los de la cúpula del trueno, y la tempestad de cargos.
Es difícil imaginar una situación mejor para la tarea de oposición. A Vox no le interesará poner en apuros al gobierno, ya que, cuanto más indigna el PSOE, más sube la intención de voto a Abascal, pero el PP tiene por delante grandes avenidas, autopistas y pistas de despegue y aterrizaje en países lejanos, pero cercanísimos. Cabe hablar de una doble financiación del PSOE o de una triple, reservada al insomne, famélico y profundamente canino, a fuer de enamorado Sánchez. Si no se atraganta, Feijóo se dará un verdadero festín, no como los golfos de la flotilla, que no llevaban ni atún.
