
Hay general acuerdo en la prensa de derechas acerca de la nula fiabilidad de las encuestas de Tezanos, artificialmente sesgadas a la izquierda para transmitir la idea de que no hay en la sociedad española el rechazo a Sánchez que revelan los institutos demoscópicos privados. La última, donde el PSOE está muy por delante del PP, es una burda mentira fabricada, para más recochineo, con nuestro dinero. Pero, hay algunas cosas que, esa misma prensa, que se ríe de las capacidades adivinatorias del arúspice Tezanos, no tiene en cuenta.
La primera de ellas es que, en las últimas elecciones generales, quien se acercó más a los resultados que finalmente arrojaron las urnas no fueron ninguna de las empresas contratadas por los medios, sino el CIS de Tezanos. Es verdad que éste auguró una victoria por la mínima del PSOE y lo que salió es una derrota por poco más del 1 por ciento. En cualquier caso, el resultado fue suficiente para que Sánchez pudiera ser investido con los votos de la derecha independentista. Muy lejos por tanto de la mayoría absoluta de PP y Vox que auguraron las pitonisas privadas.
Una de las razones para este decepcionante resultado estribó en que, siendo la jornada electoral en plena canícula y estando clara la victoria de la derecha, una parte limitada pero suficiente de votantes diestros prefirieron abstenerse. Y, para generar esa confianza en una victoria que estaba lejos de estar asegurada, influyó en parte el desdén con el que se interpretaron las encuestas del CIS en la prensa de derechas. Dando por hecho que eran patrañas dirigidas a animar al electorado de la izquierda, lo que lograron en realidad fue desmovilizar a la parte del electorado del PP a la que la convocatoria a las urnas le pilló en la playa. Los perezosos no fueron muchos, pero resultaron ser suficientes.
Además, está el hecho muy sobresaliente de que, para las generales, el PSOE tiene muchos votos comprados que sin embargo actúan libremente en autonómicas, europeas y municipales: pensionistas, asalariados de salario mínimo, perceptores del ingreso mínimo vital, funcionarios dependientes de las revalorizaciones anuales de sus ingresos son varios millones de personas que creen, con razón, que el poder adquisitivo de sus ingresos está mejor garantizado con el PSOE que con el PP. No todos votarán a la izquierda siendo de derechas, pero una parte lo hará, quizá de modo suficiente, como en 2023.
Luego está el crecimiento de Vox, atribuible a la estrategia del PSOE, a la torpeza del PP y al hecho de que sus rivales mantienen oculta la financiación que recibe del Kremlin. El PSOE no la denuncia porque quiere que Vox le quite votos al PP. Y el PP tampoco lo hace porque precisa de sus votos en casi todas las autonomías y los necesitará en una hipotética futura investidura. Y así, el partido verde, sin apenas mérito para ello, no para de crecer. Y, cada escaño que añade a su cuenta Vox, le supone al PP la pérdida de uno y medio, lo que hace que aquel crecimiento ponga cada vez más en riesgo la mayoría absoluta que tantos encuestadores dan por segura. Así que Tezanos, claro que tuerce las encuestas. Pero eso no quiere decir que la verdad sea necesariamente la opuesta a la que publica.
