
Que acabe una guerra y se abra la puerta a una paz duradera es algo siempre histórico e indescriptible, que esto ocurra en Oriente Medio es un milagro, y así debemos observar los acontecimientos ocurridos en estos días, en un territorio donde los milagros no han sido algo excepcional. Como afirmó David Ben Gurión, en Israel para ser realista debes creer en los milagros.
Las imágenes de las entregas de rehenes y de los prisioneros me dejan una primera imagen para el recuerdo. Los israelíes, que sufrieron tortura, muerte, depravación, regresando en solitario al encuentro familiar, emocionados pero conscientes de que todavía tienen mucho que superar. Los palestinos, recibidos por encapuchados de negro que disparaban al aire con sus kalasnikov; las tropas del IDF abandonando paulatinamente Gaza, y los matones de Hamás que ya campan otra vez por Gaza con sus modos amenazantes. Si alguien debiera ser acusado y condenado por genocidio es Hamas por desear y hacer todo lo posible para la extinción física de Israel y por utilizar a niños y ancianos como escudos humanos, por haber continuado con una guerra que sabía que su pueblo iba a perder solo para su propaganda y fortalecer la extorsión. Unos matones musculosos bien alimentados que lejos de ayudar a sus semejantes los matan de hambre y de sufrimiento.
La segunda reflexión que me asaltó fue la de las armas. En la televisión, un palestino liberado le pide a un terrorista su arma y vacía el cargador en unos tres segundos, que es inmediatamente repuesto. Calculando unos veinte mil efectivos de Hamas con su arma, con un uso diario de 10 cargadores y dos años de guerra, nos da la escalofriante cifra de trescientos millones de cargadores, a trescientos gramos de peso unitario, supone 100.000 toneladas y unos cinco mil camiones. Si asumimos que durante estos dos años no habrán entrado muchos camiones con armamento en la Franja, la única explicación razonable es que el siete de octubre de 2023, Hamas ya había hecho acopio de todo el material, sabía que ese día comenzaría una larga guerra que no iba a ganar militarmente pero que convenientemente manipulada movilizaría al mundo contra Israel. Toda esta destrucción era conocida y cuidadosamente planeada por Hamas, y todo este armamento no pudo salir solo de Irán, así que habrá que ver si otros miembros del eje del mal tienen responsabilidades directas en este ataque de Hamas contra Israel.
Otra imagen para el recuerdo es la presencia de Trump en la Knesset. A primera vista un espectáculo o panegírico innecesario pero comprensible. El "panocho" como lo llamaba mi tío Pepe, ya fallecido, salvó a Israel cuando fue atacada por Irán, en cierta forma Israel existe gracias a los Estados Unidos, y todo agradecimiento parece escaso. De lo único que no se ha recuperado Trump es del dolor de riñones de tanto levantarse y volverse a sentar por los halagos un poco empalagosos.
Netanyahu ovacionado por los propios no puede salir indemne, era el primer ministro que permitió que Hamás se armara hasta los dientes, que no previó la amenaza y que ha desplegado una destrucción que un estado moderno, democrático y occidental debería haber minimizado, pero no olvidemos que las guerras consisten en destruir al enemigo y su capacidad, y los hechos nos muestran que quizás no hubo otra alternativa. Han tardado decenas de miles de muertos inocentes y la destrucción de su pueblo para que Hamás se sentara a negociar.
Me pareció mas interesante el discurso del líder de la oposición, Yair Lapid. ¿Se imaginan a Sánchez dejando a Feijoo que hable en el Congreso de los Diputados si viene Trump? Pues resulta que Israel es una democracia, y el líder de la oposición señaló verdades como puños. Nunca hubo en el gobierno que él critica intención de exterminar a un pueblo; su único objetivo es la convivencia con sus vecinos en paz, que estar con Israel es una cuestión de justicia, no de interés. Hasta un diputado comunista se levantó gritando a Trump por el reconocimiento del estado palestino. ¿Se imaginan algo así en un teórico parlamento de Hamás? ¿Cómo podemos dejar de lado a la única democracia de la región atacada para ponernos del lado del mal?, ¿para aprovecharse y para apoyar sus justificaciones, cuando tuvimos décadas para hacerlo? La historia nos juzgará a todos, pero mientras en Jerusalén se hablaba de paz entre árabes y judíos, en Gaza Hamás seguía ejecutando a opositores, fusilados en plena calle. Pero nadie organizó ni una verbena para reivindicar a estas víctimas palestinas porque esta noticia no sirve a los intereses espurios de los críticos con Israel.
Creo que Israel ha cometido graves errores, pero ¿quién no los comete en una guerra? No fue Israel quien prendió esta llama y ha sido Israel el que ha renunciado a más principios irrenunciables para conseguir la paz. Los que ganaban la guerra cediendo para que haya paz: es un acontecimiento que hay que poner en valor.
El éxito de Trump ha sido que ha transmitido confianza y resolución a árabes y judíos por igual. A pesar de la verborrea crítica con la que se nos inunda, Trump cree en la convivencia y en la diversidad en Oriente Medio y veremos a los lideres del mundo musulmán que tardarán en reconocer y apoyar a Israel menos que muchos europeos.
No obstante, persisten grandes amenazas. Para que Palestina sea un estado viable y confiable debe ser una democracia; mientras el mal gestione con impunidad, la guerra siempre volverá. Mientras que el régimen de Irán subsista, la paz no será posible porque ellos son los inductores de esta guerra y de la destrucción que ha acarreado. Si la democracia se impone en Irán, esa edad de oro para el Oriente Medio será posible, remotamente posible, pero posible.
Uno es libre, sea ciudadano o responsable político, de optar por la barbarie o la civilización, incluso puede optar por algo peor que es la equidistancia, incluso puede premiar a los terroristas y olvidar a las víctimas, allá la conciencia de cada uno, pero la ética nos obliga a estar del lado de la víctima, de la libertad y no del agresor, por mucho que compartamos algunos de sus fines políticos, que quedan invalidados por el uso de la violencia. El exhibicionismo propalestino ha sido indecoroso, inapropiado y preocupante por la frivolidad con la que se usan grandes tragedias para movilizar el voto radical y por las dudas que nos genera sobre a qué destino nos quieren llevar como nación. La deriva nacional entre chistorras, saqueo de las arcas públicas para contentar a los socios ya sean públicos o privados y el abandono de nuestra vinculación con Estados Unidos que se manifiesta en el bullying al que se someten los intereses norteamericanos en España, son muy preocupantes y no vemos una alternativa definida, clara y resolutiva de la oposición contra esta deriva antidemocrática.
No podemos olvidar a las decenas de miles de víctimas inocentes palestinas, no era necesaria su muerte, pero sus captores hicieron todo lo posible para que ellos se sacrificaran por su interés. Hamas es el principal culpable de lo ocurrido, y si se produjeron hechos delictivos por parte de Israel, su justicia los juzgará y en ello confiamos. Nadie debe quedar impune de los crímenes, pero no olvidemos que la guerra es el mayor de los crímenes, y este solo se puede atribuir a Hamás. Esta paz ha llegado por la enorme superioridad y destrucción producida, lamentablemente. Hamas sabía que este era el final, pero solo por ver a los occidentales agitando banderas palestinas, estuvieron dispuestos al genocidio de su propio pueblo; no cabe mayor ignominia.
Hoy estoy feliz porque Israel ha salido triunfante y con su victoria ganan los palestinos, no quiero imaginar cómo habría sido la realidad si Israel hubiera perdido. Los palestinos en su sufrimiento diario se abrazaron a Hamás como la única opción, así lo muestran las encuestas, torcer esta percepción es lo más urgente para un futuro en paz y prosperidad.
Por nuestra herencia común, por los lazos que nos unen, los españoles no podemos negar a Israel como realidad, no podemos ignorar el pasado sefardí que está presente en muchas de nuestras ciudades y nuestra cultura. En Israel se habla español o ladino y nadie nos acusa de colonizadores. Unos judíos que no llegaron como invasores sino exiliados a España y que de la misma manera marcharon. Como terminó su discurso Lapid, "no olvidaremos y nunca más". Hoy también digo que todos y yo también soy israelí y que confío en que el pueblo de Israel luche por esta ansiada paz y convivencia y espero que el pueblo palestino sepa ver esta oportunidad histórica.
Habrá que arreglar muchas cosas, terminar con la violencia de colonos y palestinos, comenzar a fijar unas reglas y avanzar poco a poco hacia unas fronteras. Este fue el fracaso de Oslo, enfocarlo todo en fronteras en lugar de generar seguridad y prosperidad primero. Sin duda este es el enfoque correcto, y el único que permitirá la existencia de dos estados vecinos en paz en un futuro que no está lejos a poco que todos hagamos nuestros deberes, pero teniendo claro que nuestros principios fundacionales como civilización, están en la Jerusalén eterna.
