
Se trata de un gran avispón procedente del sudeste de Asia; parece confirmado que llegó a Europa en 2004 a través de un puerto francés trasportada en las bodegas de un barco procedente de China, a España se difundió en 2010 y en estos momentos es una preocupante especie invasora de creciente expansión, especialmente por la zona cantábrica, Asturias y Galicia. Afortunadamente parecen extinguidas las colonias que se detectaron en Baleares.
El peligro de las velutinas ha vuelto a saltar a la actualidad al fallecer el pasado día 15 en la localidad de Irixoa el edil del PP Ramón José Dopico, de 76 años, tras sufrir múltiples picaduras en cabeza y cuello, cuando fue atacado por varios ejemplares de este gran avispón de origen asiático.
Los insectos agredieron en grupo a la víctima cuando sintieron atacado su nido, ubicado entre el pastizal, mientras utilizaba una desbrozadora. Este tipo de agresión colectiva de las velutinas es muy frecuente cuando defienden el refugio de su colonia, de grandes dimensiones, por lo que es recomendable extremar la prudencia cuando se detecta una de estas construcciones.
Biología de Vespa velutina
El avispón asiático forma colonias, que pueden alcanzar varios miles de individuos presididos por una reina, ponedora de huevos, a la que acompaña su corte de obreras. Sólo en un corto periodo del año nacen machos, que acompañan en un vuelo nupcial de fecundación a las nuevas reinas, también recién nacidas en esos momentos.
La reina joven, recién fecundada en el vuelo nupcial, construye en su primera primavera un nido de pequeñas dimensiones, el "nido nupcial", donde pone sus primeros huevos que darán inicio a la corte de obreras, y posteriormente de machos que formarán tras el verano nuevas colonias. En invierno, antes de iniciar su actividad la reina permanece en periodo de reposo, llamado en los insectos diapausia.
La fauna europea cuenta con otras especies de avispones, como la Vespa crabro, también de dimensiones superiores a las de las avispas comunes, Vespula y Polistes. Tanto el avispón europeo como la velutina llegan a superar los tres centímetros de longitud.
La velutina es inconfundible; su colorido es naranja y negro, con tonalidad mas oscura que la de su pariente europeo: las patas amarillas también identifican a esta invasora asiática.
Cuando la actividad de la reina ha producido suficientes obreras éstas construyen un nuevo nido, en esta ocasión de grandes dimensiones, hasta de un metro de calibre y con una abertura lateral, está fabricada con una pasta de madera triturada por los insectos. Suelen elegir para edificarlo las copas de los árboles, en Galicia por lo general eucaliptos, a veces en alturas superiores a los quince metros.
Estos nidos tan altos, que se ocultan entre el follaje no son fáciles de detectar, por lo que en estos casos no se sabe de donde proceden los avispones voladores, pero también pueden situar sus construcciones en el pastizal, a nivel del suelo: es en estos casos cuando se produce el peligro de que sean afectadas por los agricultores o los jardineros, como en el caso de la última víctima, que destrozó accidentalmente el nido con su desbrozadora.
Las velutinas solo atacan al hombre si sienten amenazados sus nidos; por esta razón hay que ser muy prudentes si estos se detectan, sin intervenir ni acercarse y limitándose a advertir a las autoridades.
Devoradoras de abejas
Las velutinas se alimentan de productos vegetales, como la fruta, el polen o los restos de hojas y tallos, sin embargo, para alimentar a sus larvas están tan especializadas en la captura de abejas melíferas que pueden devastar y arruinar colmenas enteras.
Los avispones asiáticos cazan las abejas al vuelo mientras estas se afanan recolectando polen, las cortan con sus potentes mandíbulas y transportan sus restos hasta sus nidos. No en vano son odiadas por los perjudicados apicultores.
El peligro real para el hombre
No se trata de una especie realmente agresiva para el hombre, pero igual que el avispón europeo (Vespa crabro) las velutinas son muy activas si consideran sus nidos atacados. A la menor vibración varios individuos centinela saldrán a la superficie y se posarán en ella para inspeccionar; si confirman la presencia de enemigos atacarán de manera incansable y colectiva.
Una picadura de velutina puede ser muy dolorosa; su efecto se detecta como un fuerte pinchazo seguido por inflamación y a veces síntomas generales como fiebre, mareos o vómitos, pero el verdadero peligro se encuentra en las picaduras múltiples, como ha ocurrido en el último accidente registrado.
Suele hablarse también del riesgo de las alergias que pueden afectar a algunas personas, lo que es muy cierto y generalmente imprevisible, pero hay que tener también muy presente el caso del choque anafiláctico, como el que parece haber afectado a don Ramón Jesé, el concejal recientemente fallecido.
Parece que esta persona había sufrido el precedente de otra picadura de velutinas hace tiempo. La anafilaxia consiste en que se produce una reacción previa no mortal, pero que deja sensibilizada a la víctima ante una segunda agresión del veneno; cuidado especial por tanto deben tener aquellas personas que hayan tenido una experiencia previa al contacto con picaduras de la especie.
Los mecanismos de lucha contra Vespa velutina
Recientemente se están elaborando cebos impregnados de feromonas para destruir las colonias atrayendo a los individuos de las colonias invasoras; mientras estas trampas hormonales se generalicen algunos ciudadanos afectados por la proximidad de este avispón utilizan cebos azucarados con vinagre para traerlo a una trampa con agua. Lo mejor desde luego es avisar a las autoridades para que se encarguen de localizar y destruir los nidos.
Algunas especies de aves son enemigas naturales de las velutinas; destacan tres de ellas: el halcón abejero, el alcaudón dorsirrojo y el abejaruco, por lo que resulta obvia la necesidad de protegerlas.
