La sesión de control al gobierno de este miércoles ha estado marcada por la corrupción que afecta al PSOE y muy especialmente por las intervenciones de Feijóo, quien ha tenido la insuperable candidez de preguntarle a Sánchez si "desde que es secretario general del PSOE, ¿se ha financiado ilegalmente, sí o no?, y por el supuesto hartazgo de Junts con los casos de corrupción, financiación irregular y prostitución que afectan al PSOE.
Empezando por lo primero, si la intervención de Feijóo en el Congreso es el ensayo de lo que va a ser su interrogatorio a Sánchez el próximo 30 de octubre en el Senado en la comisión de investigación por el "caso Koldo", no es de extrañar que el PSOE esté de lo más tranquilo ante esa citación en la Cámara Alta. Y es que hay que ser de una ingenuidad absoluta para, en lugar de reprochar al presidente su silencio antes las noticias que le apuntan como el máximo responsable de la delictuosa fontanería del PSOE y de su financiación irregular, preguntarle si el PSOE se ha financiado irregularmente. ¿Qué pensaba Feijóo que le iba a contestar Sánchez? ¿Qué sí? El previsible y escueto "no" con el que ha contestado Sánchez estaba cantado por mucho que pueda ser recordado en el futuro si el PSOE termina siendo acusado de financiación irregular.
En cuanto a Nogueras, su supuesto hartazgo por la corrupción del PSOE parece cualquier caso menos sincero habida cuenta del tiempo que se tiene noticias de esa corrupción sin que hasta la fecha los de Junts hayan dado muestras de querer desbancar al PSOE de la única forma que es posible, que es mediante una moción de censura que impulsara el PP con el apoyo de Vox. En este sentido, la cacareada frase de Nogueras "menos hablar del cambio de hora y más hablar de que es la hora del cambio" no es más que la conocida y practicada disposición de Junts de no apoyar proyectos legislativos de Sanchez si no es a cambio de más corruptas concesiones por parte del Ejecutivo social/comunista. Pero una cosa es impedir que Sánchez gobierne y otra muy distinta desbancar al gobierno. Así las cosas, podemos acostumbrarnos a estas supuestas amenazas hasta el final de la legislatura en 2027…
Ahora bien, el hecho de que previsible y lamentablemente "quede gobierno de corrupción para rato", como tan acertadamente advirtió el lapsus de la vicepresidente Yolanda Díaz el pasado martes, no significa que el cerco a PSOE no se vaya a incrementar en los próximos días. Y no lo decimos sólo porque Feijóo sea capaz, corrigiendo su intervención de hoy, de poner en serios aprietos al presidente en la comisión del Senado del próximo día 30, sino por que todo apunta a que la imputación del PSOE por financiación ilegal como persona jurídica es sólo cuestión de tiempo. El tiempo, ciertamente, lo dirá, pero, por de pronto, el descuadre en las cuentas del PSOE y los pagos en sobre, así como la decisión del magistrado del Supremo, Leopoldo Puente, de citar a declarar como testigos el próximo 29 de octubre al exgerente del PSOE Mariano Moreno Pavón y a una trabajadora de la Secretaría de Organización del mismo partido, Celia Rodríguez, apuntan a que, efectivamente, el PSOE sí podría haber hecho lo que Sánchez ha negado tajantemente este miércoles y que no es otra cosa que financiarse ilegalmente.
Si llegamos a este extremo, tendremos a un presidente, cuyo hermano, esposa, fiscal general, ex secretarios de organización y su propio partido político están imputados por diversos delitos. Aun así, ello no será óbice para seguir viendo a Sánchez, con su "manual de resistencia" bajo el brazo, en la poltrona.

