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Javier Ruiz y la cocinera de la bata

Los actores de reparto contratados entre el Ilustre Cuerpo de Sindicalistas Liberados son ya un colectivo laboral a tener en cuenta y deberían gozar de convenio especial propio.

Los actores de reparto contratados entre el Ilustre Cuerpo de Sindicalistas Liberados son ya un colectivo laboral a tener en cuenta y deberían gozar de convenio especial propio.
Mañaneros falsa médico | RTVE

La Espantosa nunca defrauda, al menos en lo que a expectativas de escándalo se refiere. Si no fuera delito resultaría hasta divertido ver cómo son capaces de alterar la realidad para mantener una plaza de comisario, camarada periodista, de este sanchismo-leninismo que nos devora.

El drama no es que mientan, oculten parte de la verdad o sesguen los hechos con la guadaña de la doctrina. ¡Ya es que los fabrican con actores de reparto! Ni es nuevo ni es privativo de la tele pública española, pero conviene mantener siempre actualizado el inventario de trolas y manipulaciones de Fangovisión, más que nada porque la pagamos obligatoriamente todos sin posibilidad de insumisión.

El gobierno de Pedro Sánchez no repara en gastos para derribar al PP allá donde esté e impedir que llegue a donde podría hacerlo si hubiera elecciones. Una partida importante de ese presupuesto, el que no necesita aprobación del Congreso, va directa a los medios de comunicación encargados del liberticidio.

La trola más reciente es la de Javier Ruiz entrevistando a una ex cocinera como si fuera personal sanitario y hasta médico. Lo importante era la bata blanca.

María del Mar Suárez Rodríguez es el nombre de la no-médica de TVE metida ya en serios problemas por haber confesado públicamente y en horario de máxima audiencia la comisión de un presunto delito de revelación de secretos, que en el caso de los hospitales es todavía más grave. Pero también, como acertadamente adelanta la Junta de Andalucía, cabe investigar posibles delitos de usurpación de funciones públicas y de injurias y calumnias.

Su papel consistía en hacerse pasar por una indignada sanitaria (el propio Ruiz, en su acepción rajoyana, se encargó de asimilarla al colectivo médico) del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Conseguido el personaje, debía hablar ante las cámaras de los desastres añadidos en torno a la gestión de los cribados por cáncer de mama en Andalucía: desaparecían historiales médicos, se destruían. Y eso lo sabía ella porque tenía acceso al sistema de consulta en su calidad de "médico".

Nunca perdamos de vista el detalle de la bata, que en España confiere una autoridad especial aunque sea para freír churros. Si ella alegara que nunca dijo ser médico o enfermera o auxiliar sanitaria su situación no mejoraría en absoluto. De hecho, aquí lo grave es que esta señora haya podido tener acceso a historiales médicos, que todo puede ser.

El caso es que doña María del Mar es actualmente liberada sindical de UGT por la rama de auxiliar de administración. Antes de ello, desde 1999 hasta 2021, había ejercido de cocinera. Ni médico, ni enfermera, ni auxiliar sanitario, ni puesto alguno relacionado con el tratamiento de enfermedades. Ni siquiera podría decir aquello de que "cursó estudios" de tal o cual disciplina que tuviera que ver con la salud. Nada de nada.

Todo sea que la sanitaria fake se calle y cargue con la culpa o tire de la bata y caigan con ella sus posibles contratadores y hasta la trama completa de PedroFlix.

En todo caso, lo que importa es el objetivo del fraude, bien conocido: atacar a un gobierno autonómico del PP aprovechando un caso abierto como lo es el de los errores de gestión en los cribados de cáncer de mama. El "papel" de la falsa enfermera-médico no era otro que dar testimonio de una historia igualmente falsa construida contra el gobierno de Juanma Moreno Bonilla, según la cual se destruyeron historiales médicos para ocultar los errores. Tan grave es decirlo, como saberlo sin tener posibilidad de acceso, en el hipotético y remoto caso de que fuera cierto.

Los actores de reparto contratados entre el Ilustre Cuerpo de Sindicalistas Liberados son ya un colectivo laboral a tener en cuenta y deberían gozar de convenio especial propio. Bajaría el paro una barbaridad. En cuanto se entere Yolanda Díaz se va a liar.

Lo cierto es que aprenden de sus mayores, que dan buen ejemplo: tesis doctoral ajena y con plagios, directora de cátedra sin carrera universitaria y un largo etcétera que ha colocado a tantos koldos, sobrinas y amigos de nuestra historia reciente.

No siempre recurren a la estafa directa como la de la cocinera con bata, pero siempre encuentran a un trabajador con carné de indignado, a un profesional de partido. ¿Hace falta un bombero para explicar los incendios en Galicia? Pues ahí tenemos al bombero de Broncano, que resultó ser nada menos que el secretario general de UGT en Galicia. Huelga decir, sin discutir su valía profesional.

En tiempos de Rosa María Mateo, la autora de la mejor definición del Ente como "Televisión Espantosa", también tuvo sus minutos de gloria catódica la "abogada de Greenpeace" Lorena Ruiz-Huerta, que resultó ser la exportavoz de Podemos en la Comunidad de Madrid. No es que se esperara en el club del arcoíris a un liberal convencido, pero tampoco era necesario que tuviera cargo político.

Y cómo olvidar a Jorge Uxó, aquel profesor de la Universidad Complutense de Madrid que, para variar, era dirigente de Podemos. Habrá más profesores, de cualquier otra cuerda política. Pero habría bastado con señalar, no la orientación política, sino la pertenencia a un partido, el que fuere, como dirigente, si lo que se quería era criticar el nombramiento de Isabel Díaz Ayuso como "alumna ilustre" de la citada universidad.

La presidenta madrileña ya ha visto muchas series de Telepedro y se sabe los cameos que ilustran la farsa. Unas veces inspiradas en la Sanidad, otras en las residencias y que no falten las de la Educación pública, la que no eligen Pedro y Begoña.

También tuvo su cuota Más Madrid, que aportó a un hombre de partido, Víctor Aparicio, como enfermero indignado al servicio de Jesús Cintora. Al menos era enfermero, frágil consuelo, pero seguro que había algún colega menos apegado a la política y que no pidiera públicamente el voto por Mónica García.

Los Cintora-Ruiz-Intxaurrondo son el comando público del Ente y ya han perdido la vergüenza del directo con tal de servir a la causa… a cambio de un pastizal pagado por todos. En realidad, son como su cuadro de actores: activistas disfrazados de otra cosa. Periodistas de bata. Un fraude si acaso no es un delito mayor.

Lo solemos denunciar los pseudomedios, los que, según dicen, escribimos y hasta dictamos los sumarios e informes que persiguen al inocente clan de La Moncloa.

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