Menú

¿Y qué después de Extremadura?

El PP seguirá ganando, como en las elecciones nacionales y extremeñas del año 2023, y los socialistas ocupando el poder por la falta de determinación de los de Feijóo

Todos los procesos electorales tienen importancia, pero no creo que los resultados de Extremadura marquen la agenda política futura de España. Dejen aparte, aunque solo sea por un momento, a VOX. Concentrémonos en los otros dos partidos. La complejidad de la historia reciente de España podría reducirse, sin duda alguna, a esas dos fuerzas políticas, PP y PSOE. Son más que dos historias paralelas. Es algo peor. Es la historia de subordinación y vasallaje del primero al segundo. La derecha española del PP carece de firmeza política, aunque no sea del todo insolvente. Su blandura y debilidad intelectual es notoria y proverbial. Sigue una vieja tradición que viene del conservadurismo español de la época de Alfonso XIII. Se agarra al artilugio constitucional de 1978, como los conservadores de la época de Primo de Rivera se aferraban a la Constitución del 76, cuando ya casi nadie duda de que ha sido el título VIII de la Carta Magna uno de los instrumentos clave de destrucción de la Nación española. La izquierda, por el contrario, montó todo su tinglado sobre la violencia y el terror; después de 2004, momento apoteótico del terror del periodo que va de 1975 hasta hoy, nada se ha abordado en España sin el trágico éxito de "ejemplaridad" del crimen colectivo del 11-M, culmen de los cientos y cientos de asesinatos de ETA.

Zapatero entregó buena parte de la soberanía española al terrorismo internacional, después de negociar con ETA para que blanqueara sus tropelías y asesinatos a cambio de sus votos; Rajoy miró para otro lado, o peor, colaboró a encumbrar el latrocinio como procedimiento político; y Sánchez ha culminado el proceso socialista que lleva a España a depender antes de Venezuela, Cuba, Rusia y China que de EE. UU., (por cierto, y dicho entre paréntesis, ¿han felicitado ya los del PP el triunfo de Trump o siguen dándole cera hasta que gane uno del Partido Demócrata?). Seamos claros, a partir de 2004 ningún gobernante en España se ha atrevido a hacer frente con claridad y energía a las múltiples sublevaciones políticas y sociales montadas sobre la violencia y el terror de fracturar España.

¿Sublevaciones? Sí, sí, sublevaciones y las hay de diferentes tipos. Unas están montadas desde el poder público, y otras con su estrecha colaboración. ¿O acaso no es una sublevación desde el poder contra la Nación lo llevado a cabo por un presidente de Gobierno, Zapatero, que destruyó todos los proyectos nacionales que venían del pasado, empezando por el plan hidrológico nacional? Sí, las sublevaciones montadas desde el poder no son nuevas. Sánchez no ha inventado nada. Solo sigue la estela de la historia del PSOE más bárbaro y cruel… ¿Y sublevación es también lo del 1-O en Cataluña, que lejos de resolverse, o sea, enfrentársele, se trata de legitimar con el poder totalitario del gobierno de Sánchez? ¿O acaso no es una permanente sublevación política y social tener en el parlamento español partidos políticos que quieren acabar con España y le dan su voto a Sánchez? ¿Hay alguna palabra mejor que sublevación al sentido común para calificar la conducta de un presidente de Gobierno, Sánchez, que dice que ha atajado con "contundencia" la corrupción de sus tres principales colaboradores políticos, Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García?

Porque el estado político y social de España está a punto de reventar, imagínense que la corrupción española de Pedro Sánchez pretende ser estudiada en las atildadas y "correctas" instituciones de la UE, es menester denunciar que las políticas vacilantes, cautas y tímidas, como las del PP, generan antes descrédito político y ruina social que soluciones viables. En este desgraciado contexto, nadie diga que los resultados electorales de Extremadura, sean los que sean, inaugurarán un nuevo panorama político nacional. Falso. El PP seguirá ganando, como en las elecciones nacionales y extremeñas del año 2023, y los socialistas ocupando el poder por la falta de determinación de los de Feijóo (¿por qué no hacer una moción de censura?… ¡Qué se va a perder! Ustedes, señores de la política blandita, sí que están perdidos). En este tiempo, que va del 23 a hoy, el PP no ha sido capaz de mostrar sus diferencias clave con el bloque de la izquierda totalitaria, y tampoco ha conseguido hacer una política de alianza sensata con VOX. Me temo, pues, lo peor: si Guardiola gana por mayoría absoluta, hará seguidismo de los rollos ideológicos del PSOE; si gana por mayoría simple, dudo mucho de que se avenga a gobernar y, sobre todo, a aceptar las propuestas firmes de VOX. Entonces ¿qué se ha ganado con estas elecciones? Poco. En el mejor de los casos, solo confirmará lo que había. Trágico asunto será, sobre todo, si la bajada del PSOE, pues es clara su caída, no fuera histórica, o sea, al borde de la desaparición. En fin, si el PP no asume ciertas políticas firmes de VOX, entonces seguiremos pensando que es un partido más dependiente del PSOE que de un proyecto nacional.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal