
Hace algo más de un año, a finales de octubre, Vinicius Junior se quedaba a las puertas de ganar el Balón de Oro y el madridismo no lo entendía. Llevaba siendo uno de los mejores futbolistas del mundo las últimas dos temporadas y en la 24/25 pocos o nadie podían mirarle a los ojos. Dani Carvajal, su compañero en el Real Madrid, había ganado los mismos títulos además de la Eurocopa con España, pero por títulos y rendimiento, no había nadie que igualara al brasileño. El premio, muy deseado por Vinicius, quien había planeado grandes festejos para celebrarlo, fue para Rodri Hernández y el madridismo no tardó en mostrar su apoyo a su futbolista. Lo hacían porque era uno de los suyos, pero también porque era de justicia. Así también lo entendió su club, el Real Madrid. Por eso Florentino Pérez decidió que nadie viajara a la gala del Balón de Oro, a pesar de que Carlo Ancelotti o el propio Real Madrid se iba a llevar un premio. Por aquel entonces, Vinicius era el preferido de la afición. Se lo había ganado en el terreno de juego y, además, esto siempre ayuda para caer bien, era victima de insultos y campañas en su contra que no se merecía. Fue un linchamiento injustificado, igual que el Balón de Oro que no se llevó.
14 meses más tarde todo ha cambiado. Ha pasado de ganar un Oscar, de ser la estrella de moda en Hollywood, a ser el principal responsable de la crisis de juego del Real Madrid. Su popularidad se ha hundido. Tras una temporada sin títulos y otra que apunta a lo mismo, algunos madridistas han visto, con la perspectiva que te da el tiempo, que justo esa decisión, del presidente de no viajar a París, ha podido dejar consecuencias negativas en Vinicius Junior y un entorno que pide 30 millones de euros para renovar. Ya son tres encuentros en los que el brasileño ha sido pitado. Ante el Manchester City, ante el Celta de Vigo y sobre todo, ante el Sevilla. Parece que fue ayer cuando el Real Madrid se enorgullecía de su futbolista, de cómo recorría la banda dejando atrás a todos los rivales y le perdonaba sus salidas. Ahora ya no es así. ¿Qué ha pasado? Ser una estrella tiene esto: eres el más aplaudido, pero también el primer señalado por el mal momento del Real Madrid y en el caso de Vinicius, desde hace tiempo que las cosas andan torcidas.
Lo primero es el rendimiento deportivo. En todo el 2023, Vinicius firmó 19 goles y 19 asistencias en 46 partidos. En 2024, en 47 encuentros, aumentó mucho sus cifras goleadoras hasta los 31 tantos y aportó, además, 17 asistencias. En 2025, en 61 partidos, 14 y 15 más que en los dos años anteriores, ha anotado 13 goles y ha repartido 17 asistencias. No solo son las cifras, es también su fútbol. No es que le falte puntería, es que sus compañeros ya no le buscan tanto porque Vinicius ya no regatea tanto. A veces incluso ni encara tanto. Ha perdido eso que le hacía especial. En cambio, mientras Vinicius baja sus acciones, las de Mbappé suben al terminar su año con 59 tantos.
Tampoco ayuda lo que no hace sin balón. Todos los que conocen el Bernabéu saben que hay algo que no perdonan y es la indolencia. El equipo está en un mal momento y Vinicius, que ya no aporta tanto en ataque, sigue sin entender que debe ser un obrero más en defensa. Su pasividad sin pelota es algo que el aficionado no entiende. De ahí el cambio que realizó Xabi Alonso ante el Barcelona cuando dejó de seguir a Koundé. Ese día, ante los ojos de todo el madridismo, Vinicius Junior perdió muchos puntos. Se enfrentó, desafió al entrenador, y eso, tenga o no motivos para enfadarse por el cambio, es algo que pocos han logrado justificar. Esta escena es más importante de lo que pueda parecer porque el madridismo también es consciente de que hay o ha habido una falta de conexión entre los jugadores y Xabi Alonso, y el enfado de Vinicius le sitúa en el bando de los insurrectos. Y es que, no contento con esto, luego pidió disculpas en un comunicado donde no menciona a su entrenador, con quien ya tuvo un choque en Estados Unidos, en el Mundial de Clubes, cuando Xabi Alonso planeaba dejarle en el banquillo en las semifinales ante el PSG.
Que Florentino Pérez se pusiera de lado o, lo que es lo mismo, no castigara a Vinicius por lo sucedido, hizo que el madridismo se diera cuenta del poder que realmente tienen algunos jugadores. Todo esto, además del último año con Ancelotti, hace que muchos apunten más a los jugadores que al entrenador, como podría suceder en cualquier otra época.
Pero es que la cosa no se queda aquí. La semana pasada, en Talavera, las cámaras de televisión pillaron a Vinicius Junior riéndose en el banquillo justo cuando el Real Madrid encajó el segundo gol. Se estaba riendo antes, durante y después del tanto que ponía contra las cuerdas, más aún, a Xabi Alonso. No le cambió su estado de ánimo el tanto en contra o que su entrenador pudiera ser cesado. Era como si viviera al margen de la realidad por la que muchos de sus aficionados están sufriendo. Esta distancia emocional, es clave en la pitada que sufrió ante el Sevilla.
Vinicius Junior no entiende por qué le está pasando esto. Se pudo comprobar en el pasado partido cuando pedía explicaciones a varios aficionados que le pitaban. No lo entiende y ha tomado el camino erróneo para subsanar estas diferencias. Tras la victoria ante el Sevilla, Vinicius, que además llevaba el brazalete de capitán, cogió el teléfono móvil y cambió su foto de perfil en Instagram. Quitó la que tenía con la camiseta del Real Madrid y se puso una con Brasil. Son gestos que le perjudican de cara a la afición. Tampoco ayuda que parezca que quiera seguir en el Real Madrid por dinero. Sigue pidiendo 30 millones de euros. Aunque haya marcado 16 goles en 2025, aunque lleve 17 partidos sin marcar un gol y aunque su comportamiento esté muy lejos del deseado. Entre Xabi Alonso, que no ha hecho absolutamente nada como entrenador del Real Madrid, y Vinicius Junior, clave en dos Champions League -entre otros títulos- la afición ha escogido al entrenador y le ha pitado a él. Por algo será, ¿no?
Licenciado en Periodismo y Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad San Pablo CEU. Trabaja como redactor del Real Madrid en esRadio y Libertad Digital y actualmente es el presentador de Fútbol es Radio.
