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Amando de Miguel

Ante el nuevo cambio de régimen

Lo único que podría contener el “asalto” al Gobierno nacional sería una alianza plural, tan imprevista como necesaria: PP, PSOE y Ciudadanos.

Lo único que podría contener el “asalto” al Gobierno nacional sería una alianza plural, tan imprevista como necesaria: PP, PSOE y Ciudadanos.

Parece fácil hacer historia del inmediato pasado o incluso pronosticar lo que nos espera o lo que deseamos en el plano político. Más peliagudo es el ejercicio de diagnosticar lo que nos está pasando con prescindencia de nuestros deseos.

Nos encontramos con una extraña regularidad en la vida política española contemporánea. Los regímenes políticos duran unos 40 años. Es el lapso que va desde 1876 (Constitución de la Restauración canovista) hasta 1917 (fin del turno pacífico). A partir de esa fecha la política fue una especie de inestabilidad desastrosa, hasta que desembocó en la tragedia de la Guerra Civil. O también desde 1936 (Alzamiento de Franco) hasta 1976 (comienzo de la Transición). Pues bien, en 2016 se cumplirán otros 40 años de la Transición. Ya se adivina que estamos incubando un nuevo régimen.

El régimen de la Transición se puede definir como una réplica del turno pacífico. Ahora se ha llamado "consenso" entre la derecha (UCD, PP, nacionalistas vascos y catalanes) y la izquierda (PSOE y los comunistas). Redactaron una primorosa Constitución que desgraciadamente ya no rige.

Ya vemos que el régimen de la Transición está dando las boqueadas. Estos son los procesos que ahora se gestan:

1. El partido de la derecha (que se considera de centro), el PP, va a tener que pactar con Ciudadanos si quiere seguir tocando poder. Es una ley histórica que el partido emergente fagocita al establecido, pero a Ciudadanos le falta experiencia. Al PP le ha perdido la corrupción, que también mancilla a sus tradicionales aliados y adversarios.

2. El partido de la izquierda, el PSOE, se desmorona por las luchas intestinas entre mediocridades. Pretende ser socialdemócrata, federalista, pero esas son solo palabras vacuas. Tendrá que aliarse con Podemos (o sus equivalentes), otra fórmula emergente de carácter populista, por no decir autoritaria. También está por ver si Podemos engullirá al PSOE.

3. Los partidos nacionalistas, tradicionalmente conservadores, se ven sobrepasados por las izquierdas secesionistas.

El resultado está a la vista. La izquierda populista, radical, autoritaria, secesionista se dispone a llegar al Gobierno de la nación. De momento ha empezado por el Gobierno municipal en algunas grandes ciudades, con resultados muy discutibles. Lo único que podría contener el "asalto" al Gobierno nacional sería una alianza plural, tan imprevista como necesaria. Me refiero a que colaboraran el PP, el PSOE y Ciudadanos. Aunque pueda parecer difícil, la condición es que cambiara el liderazgo de los tres partidos. Con los tres líderes actuales no es imaginable un acuerdo. Pero a saber quién le pone el cascabel al gato.

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