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Amando de Miguel

Apología del triunvirato

Tanto Casado como Rivera o, Abascal podrían encabezar la 'España suma', pero siempre que cada uno de ellos descabezara a los otros dos.

Tanto Casado como Rivera o, Abascal podrían encabezar la 'España suma', pero siempre que cada uno de ellos descabezara a los otros dos.
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De las muchas formas de gobierno, se recuerda aquella tan original del triunvirato de Craso, César y Pompeyo. Tiene su lógica cuando compiten distintas fuerzas políticas obligadas a entenderse y sin posibilidad de subordinarse.

En nuestras tradiciones culturales se halla latente el atractivo mágico del triángulo, que nos lleva al origen mismo de la religión: la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) o la Trimurti (Brahma, Visnú y Shiva). Más cerca se encuentran los tres patriarcas hebreos (Sem, Cam y Jafet), de los que procede la organización del pueblo judío en doce tribus. La tradición cristiana exigió que los Reyes Magos fueran tres (Melchor, Gaspar y Baltasar). Para los antiguos romanos, tres hacen colegio (sociedad). Las comedias clásicas se resolvían en tres actos, así como las sinfonías en tres tiempos y las corridas de toros en tres tercios. Famosa es la distinción de los tres poderes de un Estado: ejecutivo, legislativo y judicial. El triángulo es el símbolo de la Masonería y el trébol, el signo de la buena suerte.

Ahora tenemos a las fuerzas de la derecha divididas en partes tres, como la Galia de César. No parece muy hacedera la idea de amalgamarlas en una especie de España suma. La razón es histórica. Los militantes de Ciudadanos (marbete confuso donde los haya) empezaron a serlo por no sentirse conformes con el PP, encima tocado este del mal de la corrupción, que aqueja a los que gobiernan. A su vez, los seguidores de Vox se juntaron por sentirse disidentes del PP y de Ciudadanos.

Cada uno de los tres líderes (Casado, Rivera, Abascal) podría encabezar la España suma o como fuera a llamarse el invento, pero siempre que cada uno de ellos descabezara a los otros dos. Así pues, no cabe más fórmula que una especie de triunvirato de la derecha, en el que no solo sumaran las fuerzas respectivas, sino que las multiplicaran o potenciaran. Por metáforas aritméticas que no quede.

La fórmula del triunvirato implícito permite que de momento se asocien dos o tres componentes para las elecciones del Senado o para formar Gobiernos locales, regionales o nacionales. Con el fin de evitar tensiones y malentendidos, lo mejor será reconocer que los tres partidos que van a componer el triunvirato son claros y distintos. El único propiamente de derechas, españolista o patriótico es Vox. Ciudadanos equivale más bien a un partido vagamente liberal, amparado por el Ibex 35. El PP representa la tradición del conservadurismo católico, aunque hoy ya no esté de moda decirlo. Cada uno de los tres será siempre minoritario, porque el electorado español se acerca más a la cómoda mentalidad socialdemócrata o estatista. En todo caso, se puede aceptar que la suma de Ciudadanos y el PP conforma la derecha (que ellos consideran centro, aunque se trate de una aberración óptica), en cuanto no es la socialdemocracia estatista. Pero entonces Vox no se situaría tanto en la derecha del arco parlamentario como en frente de las demás fuerzas, tocadas todas de progresía.

La expresión socialdemocracia estatista implica que contiene dos componentes heteróclitos: el PSOE (los herederos aburguesados de los socialistas revolucionarios) y Unidas Podemos (los sucesores de los comunistas y anarquistas de antaño). Obsérvese que esa última facción se dice en femenino; por eso mismo no se considera tanto partido como formación. Entre el PSOE y Unidas Podemos existe menos simpatía que la que rige la trimurti PP, Ciudadanos y Vox. Esa es la fisura por donde puede entrar a gobernar la derecha, siempre como triunvirato.

De poco va a valer repetir las elecciones generales. Los resultados serían bastante parejos a los actuales. Eso significa que el PSOE nunca podrá formar un Gobierno estable. Es decir, unas nuevas elecciones supondrían un paso más en el proceso de erosión de la democracia. Solo saldría beneficiado el doctor Sánchez, que a este paso seguirá siendo presidente en funciones para todas las estaciones, como dicen en inglés. Da risa imaginar que pueda haber un Gobierno del PSOE con algunos de los prebostes de Unidas Podemos, enchufados a diversos organismos. Pensemos en el Centro Nacional de Inteligencia, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, el Boletín Oficial del Estado, la Unidad Militar de Emergencia o la Oficina de Información Diplomática. Para no hacer el ridículo, una solución podría ser la creación de nuevos altos organismos o la revitalización de viejos organismos, que estarían en manos de Unidas Podemos. Por ejemplo, la Junta de Ampliación de Estudios o la Plataforma de Artistas de Tatuajes y Grafitis. El incremento de la nómina de altos cargos (con sus respectivos coches oficiales de gama alta) es la salida más fácil al actual bloqueo institucional. Total, paga el anónimo y sufrido contribuyente.

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