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Carlos Pérez Gimeno

Carmen y Borja Thyssen, sin tregua

Llevan dos años sin tener relación alguna. La última vez que hablaron fue cuando Borja, llamó a su madre para comunicarle que había sido abuela por segunda vez. A día de hoy, todavía no conoce a su nieto.

La guerra entre madre e hijo, lejos de de llegar a un arreglo, cada vez se complica más, y la baronesa se escuda en decir que la solución no depende de ella, que lo ha intentado, pero que no obtiene respuesta. Por su parte, su hijo dice lo mismo, y siempre se están enviando misivas a través de los medios cuando se les pregunta. Lo normal sería que se sentaran a hablar y llegar a una solución, pero parece que eso al día d hoy es imposible, porque ninguno quiere dar su brazo a torcer.

Carmen se queja de que su hijo no coge el teléfono cuando le llama, una excusa muy tonta. No entiendo cómo se puede decir eso, ni que no tuviese recursos para ponerse en contacto con Borja. Él afirma que esas llamadas nunca se han producido, y que están hartos, y reitera que han hecho lo imposible para tener una buena relación con su madre, y que no aguantan más desplantes.

Lo que no se puede discutir es que ese matrimonio funciona perfectamente, siempre se les ven juntos, felices y disfrutando mucho de sus hijos, además ya han dicho que no tienen ningún inconveniente en aumentar la familia, y que no descartan que lo hagan este año.

Es una historia triste, y no cabe duda que si algún día llegasen a fumar la pipa de la paz, antes tendrían que hablar mucho y reprocharse muchas cosas feas, porque no hay que olvidar que Blanca tuvo que someterse cinco veces a unas pruebas para demostrar que el hijo que había tenido con Borja era de él, y todo por el capricho de Tita, que no se paró a pensar en la gran humillación que supuso aquella situación para su neura.

La situación es desagradable y Carmen Cervera debería darse cuenta que esta batalla la tiene perdida, porque su hijo está feliz con la familia que ha creado, y hasta que no respete a su mujer y la acepte, no hay nada que hacer.

La familia de Blanca siempre se ha mostrado muy discreta. A Borja le quieren como a un hijo y los abuelos disfrutan muchísimo con sus nietos, hecho que la otra abuela no puede decir porque ni siquiera les conoce. Al mayor le ha visto muy poco y al pequeño, nunca.

Hace unos días, Heidi Unkhoff, madre de Blanca, harta del trato que ha recibido su hija por parte de su suegra, declaró que no entendía la actitud de su consuegra, y que dejase en paz a su hija.

Ignoro si la baronesa no se da cuenta del daño tan grande que está haciendo de forma totalmente gratuita a su hijo y que lo único que ha conseguido ha sido perderle... Pensaba que era más lista.

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