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Carmelo Jordá

Poncio Sánchez

La última vuelta de tuerca del presidente eleva su caradura a la altura de una de las bellas artes. Y ni está para la epidemia ni se le espera.

La última vuelta de tuerca del presidente eleva su caradura a la altura de una de las bellas artes. Y ni está para la epidemia ni se le espera.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ofrece una rueda de prensa. | Ricardo Rubio (Europa Press)

Tras varias semanas ausente porque Su Persona quería disfrutar de un inmerecido descanso, a primeras horas de este martes Moncloa ha anunciado que Pedro Sánchez iba a comparecer ante los medios para anunciar "novedades en la cogobernanza".

Dentro de los matices de ese idioma que se maneja en las altas esferas monclovitas y que sólo tiene un parecido superficial con el español, todos hemos entendido que Sánchez iba a anunciar alguna medida para ayudar a las comunidades autónomas, que están empezado a verse desbordadas con la segunda ola -"la segunda curva" en el idioma sáncheredondil- de la epidemia del coronavirus.

¿Pero finalmente qué ha anunciado Sánchez? Pues básicamente tres cosas: la disponibilidad de unas unidades militares que están disponibles desde hace un mes, una aplicación para móvil que está en pruebas desde hace dos y una novedad legislativa que está prevista por la ley desde hace 39 años, un mes y 20 días.

Todo ofrecido a la prensa por Su muy morena Persona como un racimo de grandes novedades, como si acabase de descubrir América, vamos, como si nos estuviese salvando la vida, otra vez.

Pero Sánchez -a esas horas ya mucho más Poncio que Pedro- no se ha limitado a lavarse las manos o, más apropiado quizá para estos tiempos, pasarles el marrón a las comunidades autónomas, ya de paso ha intentado vincular su propia agenda política y sus necesidades a la crisis por el coronavirus. Así, ha intentado convencernos de que lo mejor para luchar contra la epidemia es renovar el CGPJ o, alucinen, la dirección de RTVE. Hay que reconocerle que eleva la cara dura a la altura de una de las bellas artes.

El CGPJ y RTVE y el Defensor del Pueblo, grandes preocupaciones de los españoles que ven que mientras sus compatriotas siguen muriendo, los contagios se disparan, la infraestructura sanitaria se tensiona y, muy especialmente, la economía se desmorona, el presidente y Su Persona siguen a lo suyo, como si la cosa no fuera con él o con ellos. Sí, es verdad que para no contraer el coronavirus es esencial lavarse las manos, pero no se refieren a eso Pedro, digo Poncio.

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