Menú
Cayetano González

2022, un año complicado

El presidente del Gobierno tiene un horizonte complicado, y no solamente en el terreno electoral.

El presidente del Gobierno tiene un horizonte complicado, y no solamente en el terreno electoral.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | EFE

Hay que confiar en que los deseos de felicidad para el nuevo año que, por costumbre, hábito social o convencimiento interior, nos transmitimos unos a otros en estos primeros días de enero –habría que poner una fecha límite a esta costumbre…– puedan hacerse realidad a lo largo de estos doce meses que acaban de comenzar.

El final de 2021 supuso un mazazo para todos debido a la brusca irrupción de la sexta ola del covid 19 en los días previos a la Navidad, lo que obligó a alterar los planes habituales de esas fechas: viajes, reuniones familiares, etc. Las altas cifras de contagios, la necesidad de hacerse test de antígenos antes de acudir a reuniones y la conveniencia de completar las pautas de vacunación hicieron del final de año un periodo complicado y difícil. Pero, por encima de todo, en el recuerdo siempre estarán nuestros seres queridos, los amigos que se han quedado por el camino como consecuencia del virus. Y también estará siempre muy presente el agradecimiento a todo el personal sanitario y de otros colectivos –policía, ejército, bomberos, protección civil– que se han dejado la vida, en algunos casos en sentido literal, por cuidar y atender a toda la población.

Pero la vida sigue, y hay que afrontar el futuro inmediato con esperanza. En lo que se refiere a la pandemia, los expertos están dejando entrever que quizás estemos al principio del fin y que la variante ómicron sea de alguna manera la que ponga fin a esta pesadilla en la que ha vivido el mundo durante los dos últimos años.

En lo que se refiere a nuestro país, el simple cambio de una hoja del calendario no modifica en nada la situación que venimos arrastrando desde hace tiempo. Seguimos teniendo el peor Gobierno de nuestra historia reciente, con un presidente absolutamente narcisista que vive en una realidad virtual que él mismo se inventa, como quedó de manifiesto en su balance de fin de año. Comparecencia, por cierto, en que la Moncloa sólo dejó preguntar a seis medios, afines al Gobierno. ¿No va siendo ya hora de que el resto de los medios se planten y adopten una serie de medidas para defender algo tan importante en un sistema democrático como es el derecho a la información de los ciudadanos, que este Gobierno no tiene ningún reparo en atropellar?

En el terreno político, 2022 será un año electoral en algunas comunidades autónomas, que servirán de preparación, de termómetro, para la cita de finales de 2023, que es cuando toca celebrar elecciones generales, que no parece que Sánchez tenga la más mínima intención de adelantar. En febrero tendrán lugar las autonómicas de Castilla y León, y muy probablemente antes o después del verano las de Andalucía. Como son dos territorios donde es prácticamente seguro que el PP gane, no hay que descartar que Ximo Puig convoque elecciones en la Comunidad Valenciana para echar una mano a su amigo Sánchez, ya que en ese territorio la victoria, a día de hoy, caería del lado socialista.

El presidente del Gobierno tiene un horizonte complicado, y no solamente en el terreno electoral. Se han encendido varias alarmas sobre la situación económica que nos espera. Al mismo tiempo, el descontento social en varios sectores va en aumento, y eso ya ha empezado a tener su reflejo en la calle, aunque, como ya dijo la vicepresidenta Díaz, el auténtico estallido social tendrá lugar cuando vuelva a gobernar la derecha. Eso es lo que tiene ser una comunista convencida.

El desgaste que poco a poco va sufriendo Sánchez debería ser aprovechado por quien tiene la obligación y el deber moral de construir la alternativa a este Gobierno Frankenstein. En ese campo sólo están el PP y Vox, porque Ciudadanos es ya un cadáver. Algunas encuestas publicadas en las últimas semanas no aseguran esa mayoría de 176 escaños que necesitarían los de Casado y Abascal para gobernar. Queda tiempo para las elecciones, pero no para las disputas y las rencillas internas, evidentes en el PP, que le han hecho retroceder en las últimas encuestas. Es tiempo de pensar exclusivamente en España y dejar al lado los intereses personales y partidistas. Cuatro años más de sanchismo serían letales para nuestra nación.

Temas

En España

    0
    comentarios