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Cristina Losada

¿Domesticar a Podemos?

Los socialistas, pese al fallo con Errejón, están haciendo esto con cierta habilidad, bajo el principio secular de 'divide et impera'.

Los socialistas, pese al fallo con Errejón, están haciendo esto con cierta habilidad, bajo el principio secular de 'divide et impera'.
Pedro Sánchez, con su aliada Yolanda Díaz. | Moncloa

Estamos en el Parque Jurásico. Los dinosaurios gigantes, ya viejos y apoltronados, se encuentran con la amenaza de los energéticos y voraces velociraptores. ¿Qué pueden hacer para sobrevivir? Trasladado el problema al parque de la política, la solución es relativamente más fácil que en la ficción de Spielberg. El viejo partido puede luchar frontalmente contra el recién llegado que quiere morder en la base electoral que consideraba suya. Puede declarar treguas cuando lo necesite. Puede tratarlo alternativamente como a un enemigo mortal y como a un amigo del alma. Y también puede aceptar que los buenos tiempos sin competidores no van a volver y hacer lo posible para que el nuevo depredador se vuelva más pequeño y más tratable.

Para conseguir una disminución en beligerancia y tamaño, un recurso habitual es alentar escisiones. El PSOE ya lo intentó, favoreciendo la escisión errejonista, aunque el resultado fue mixto. A nivel nacional no funcionó en absoluto, mientras que en Madrid, comunidad, funcionó demasiado bien, y mal, por tanto, para los socialistas. Ahora hay en marcha otro proyecto que puede conducir a aquel objetivo por distinto camino. La plataforma que se está gestando alrededor Yolanda Díaz no va a ser formalmente una escisión de Podemos. Será algo macro, donde estén todos, aunque estén a disgusto. Y en esto de arrejuntar siglas y lealtades diversas, incluso enfrentadas, Díaz tiene experiencia por su etapa en Galicia. Lo que se prepara no es una escisión, pero funcionará del mismo modo.

Con Díaz al frente de esa plataforma, el PSOE puede contar con que el territorio a su izquierda se vuelva menos agreste y accidentado, y con disponer de un socio más predecible y menos amateur que el Podemos dirigido por Iglesias y que hoy llevan, sin mejorarlo nada, sus sucesoras. La condición necesaria es que Díaz tome el control frente a las Montero, Belarra y compañía, cosa que aún está por ver. Como está por ver la influencia del propio Iglesias en el invento. Entretanto, el PSOE hará por favorecer esta mutación en su principal competidor por la izquierda. No sueña ya con imposibles mayorías absolutas ni apuesta por la desaparición de su depredador. Quiere adaptarlo a sus necesidades. En definitiva, domesticarlo.

Los socialistas, pese al fallo con Errejón, están haciendo esto con cierta habilidad, bajo el principio secular de divide et impera. El PP, en cambio, sigue soñando con lo imposible. Ha contribuido con ganas a la destrucción de Ciudadanos, que era su socio natural comparativamente más amable, y se dedica a absorber a antiguos dirigentes con el mismo propósito, el de llevarlo a la extinción. Con esta política de exterminio ganará votos aquí y allá, pero está reforzando a Vox como alternativa. Cuando tienes dos depredadores, parecerá lógico que hay que acabar con uno para luego ir a por el otro. Pero esto no es Parque Jurásico. En este parque, a veces, dividir es sumar.

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