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Daniel Blanco

Prandelli: el desconocido drama que forjó su carácter

Ojalá Prandelli tenga suerte. Aunque sólo sea por Manuela, que dejó este mundo hace ya nueve años, pero de la que el técnico se acuerda cada día.

Le cogió la mano y ya no la volvió a mirar. Sabía que se le iba sin remedio, sin esperar a que la esperanza volviera. Cesare Prandelli (Brescia, Italia, 1957) perdió a su mujer Manuela, víctima de un cáncer de mama en noviembre de 2007 y contó en una entrevista para Sky Italia que la última tarde con su esposa fue de esta manera. La vida le sonreía deportivamente pero le daba la espalda, con un golpe durísima, en lo personal.

Estaba inmerso en un proyecto con la Fiorentina apasionante. El equipo viola marchaba tercero en la Serie A y acabó ese año cuarto y en semifinales de la Copa de la UEFA. Prandelli estuvo a punto de aparcar definitivamente el fútbol. Tres años antes, en agosto de 2004, dimitió de la Roma sin llegar a empezar la temporada porque su querida Manuela empeoraba drásticamente. De hecho los últimos tres años de vida de su mujer fueron un infierno sin ningún resquicio a la luz.

Prandelli se hizo fuerte y siguió con su fútbol. Le ayudó para ello una inquebrantable fe y una creencia católica que le salvó, en esos días de negrura. Él, que había vivido grandes momentos en Parma y Hellas Verona (dos quintos puestos con los primeros, un ascenso con los segundos), veía cómo no podía afrontar aquello si no fuera por sus valores. Terminó el año, el verano fue de sosiego desconectando con todo y diciéndole a la Fiore que a lo mejor no volvía en julio. Volvíó y permaneció dos años más, hasta verano de 2010.

Entonces la carrera se le empezó a volver de cara. El desastre de la selección en el Mundial 2010 hicieron que la federación pensara en él para reflotar a una Italia moribunda. Tenía que afrontar la retirada definitiva de la vieja guardia que en 2006, en Berlín, había levantado la Copa del Mundo. Pensó entonces en la regeneración total que dio sus frutos en la Eurocopa de 2012. Allí, en el mejor partido de la selección española, se encontró con un monstruo difícil de lidiar, pero ese subcampeonato fue meritorio. La selección azzurra eliminó a Inglaterra, en cuartos y en semifinales a Alemania.

De él es la iniciativa de los tres centrales y de los dos laterales ofensivos. De él es el mérito de dar paso a los jóvenes. Florenzi, Barzagli y Bonucci debutaron con él en la selección. También Marco Verratti, que incluso lo hizo siendo jugador del Pescara en Serie B. Hasta ahí llegaba el compromiso de Prandelli con la Nacional.

Ahora llega al Valencia con fama por el gusto del toque de balón, que ya demostró en todos los equipos, yendo en contra del tradicional estilo italiano más pragmático que otra cosa. Llega al equipo levantino, como dijo en su presentación, para "llegar a Champions lo antes posible, si no es este año, el siguiente". Queda por saber la paciencia que van a tener con él desde el club. Debería ser mucha por el bien del Valencia, pero ya sabemos que el bien de un equipo no tiene por qué ser el bien del propietario y viceversa. En este club ya hay cosas que se me escapan a la lógica. Ojalá, se lo merece, Prandelli tenga suerte. Aunque sólo sea por Manuela, que dejó este mundo hace ya nueve años, pero de la que el técnico se acuerda todos los días y antes de cada partido.

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