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EDITORIAL

Aló presidente a golpe de Falcon

Sánchez protagonizó ayer otro de sus soliloquios televisados para no decir nada útil al respecto.

En plena sexta oleada de la pandemia vírica, con más de 500 casos de incidencia acumulada y a las puertas de las fiestas de Navidad, Sánchez protagonizó ayer otro de sus soliloquios televisados para no decir nada útil al respecto.

En los seis minutos que duró su declaración institucional, Sánchez desgranó los datos que ya conocemos y, finalmente, anunció la convocatoria de una reunión telemática con los presidentes autonómicos para analizar la marcha de la pandemia y la forma de darle respuesta.

En primer lugar, cabe señalar que, si lo que se pretende es garantizar unas Navidades seguras en todo el territorio español, la convocatoria llega tarde, pues tendrá lugar a cuarenta y ocho horas de la Nochebuena, sin tiempo material para coordinar ningún tipo de protocolo común.

Por otra parte, la gestión del Gobierno se ha caracterizado desde el principio por eludir sus responsabilidades y abandonar a las comunidades en la gestión de la pandemia, con lo que España tiene diecisiete respuestas distintas y otros tantos niveles de restricciones de derechos, sobre todo en el ámbito de la hostelería. En estos momentos, a las puertas de la Navidad, cada comunidad autónoma ha decidido implantar su particular protocolo contra la transmisión del virus. En consecuencia, los españoles conviven con una amplia gama de medidas, incluyendo algunas tan restrictivas como la prohibición del ocio nocturno o la exigencia del pasaporte covid en la hostelería, sin que el Gobierno haya marcado unas pautas generales para luchar de manera coordinada y evitar los agravios entre las distintas regiones de España.

Pero la declaración de Sánchez en el día de ayer no fue para dar la vuelta a esta gestión infame de la crisis y poner en marcha un plan coordinado de lucha contra el virus como le reclaman los principales partidos de la oposición, sino para desgranar unas cuantas obviedades y anunciar ese encuentro de presidentes autonómicos, tras el cual cada uno de ellos seguirá haciendo lo que considere oportuno y los tribunales superiores de justicia les permitan en cada caso.

La consecuencia de todo esto es que la Navidad de 2021 se celebra con la inquietud de unas cifras de contagios en abierta escalada y sin que nadie sepa, a menos de una semana de Nochebuena, qué restricciones se van a aplicar en su región puesto que Sánchez descartó desde un principio asumir la responsabilidad de la crisis para actuar en todo el territorio nacional.

No es de extrañar que la oposición acuse al jefe del Ejecutivo de haber organizado esa intervención pública para justificar el uso del avión oficial en un acto de su partido. En efecto, Sánchez se dirigió a los españoles antes de participar en el cierre de un congreso extraordinario del PSC en Barcelona, feliz circunstancia que le ha permitido utilizar por enésima vez los recursos del Estado con fines políticos. Esa es la única medida de carácter nacional cuya aplicación observa a rajatabla.

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