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EDITORIAL

El doctor Sánchez se va a enrocar

La única posibilidad de una pronta celebración de elecciones pasa por una rebelión contra Sánchez en el mismo PSOE que, exultante, se alió con golpistas, neocomunistas y filoterroristas para poner al propio Sánchez en la Moncloa.

En cualquier país democrático, una grabación como la que ha desvelado la estrecha relación que mantenía nada menos que la ministra de Justicia con siniestros personajes como el excomisario José Manuel Villarejo, actualmente en prisión provisional, o el condenado exjuez Baltasar Garzón haría caer no sólo a la ministra en cuestión sino al Gobierno en pleno; más aun si días atrás esa misma ministra negaba taxativamente haber tenido relación de ningún tipo con el tenebroso excomisario.

Si a las gravísimas y acreditadas mentiras de Dolores Delgado sumamos el fraude y la malversación de fondos públicos que pudo ser la tesis por la que el presidente del Gobierno adquirió su condición de doctor; o el hecho de que Pedro Sánchez haya tenido que dejar caer a dos ministros en apenas cien días, muchos podrían pensar que el propio Sánchez no tendrá más remedio que convocar elecciones generales cuanto antes, tal y como dijo que haría en la moción de censura con la que –gracias a las fuerzas golpistas catalanistas, a los antisistema comunistas y a los albaceas de ETA– arrebató el poder a Mariano Rajoy.

Pero está por ver que lo haga. Para empezar, este miércoles no se ha mostrado ni siquiera partidario de destituir a la mentirosa Delgado, tan próxima a los execrables Garzón y Villarejo, condenado el primero por prevaricación e imputado por blanqueo de capitales y organización criminal el segundo. Por el contrario, el presidente del Gobierno ha tenido la desfachatez de presentar a la susodicha como una víctima del "chantajista" Villarejo, sin dar explicación alguna de por qué ostenta la condición de ministra de Justicia y Notaria Mayor del Reino una persona susceptible de ser chantajeada por un individuo de semejante calaña.

Por otra parte, no hay que olvidar que lo que no pasa en democracias asentadas, como que un partido con los peores resultados electorales de su historia ocupe el Gobierno con el apoyo de formaciones golpistas, neocomunistas y filoterroristas, sí ha ocurrido en España; por lo que habrá que plantearse la posibilidad de que Sánchez, a pesar de tan monumentales escándalos y de una desaceleración económica cada vez más visible, se enroque. Las formaciones que auparon a Sánchez no tienen el menor sentido de Estado o la más elemental preocupación por los intereses generales de España, sino que, por el contrario, pretenden dinamitar el orden constitucional y acabar con la propia España como nación y como Estado de Derecho. Es tremendo pero es lo cierto: se trata de una magnífica noticia para Sánchez.

Así las cosas, de hecho la única posibilidad de una pronta celebración de elecciones generales pasa por una rebelión contra Pedro Sánchez en el mismo PSOE que, exultante, se alió con golpistas, neocomunistas y filoterroristas para poner al propio Sánchez en la Moncloa. Es difícil concebir algo más perentorio... y más imposible.

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