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EDITORIAL

Venezuela clama contra la tiranía

Ningún escaparate ilustra mejor a dónde conduce el populismo criminoso e incompetente de la izquierda más siniestra que la devastada Venezuela chavista.

Ningún escaparate ilustra mejor a dónde conduce el populismo criminoso e incompetente de la izquierda más siniestra que la devastada Venezuela chavista.
Toma de Caracas | Cordon Press

A pesar de los mil y un obstáculos –violencia incluida– que el régimen chavista ha impuesto a la Toma de Caracas, más de un millón de personas han marchado por las principales avenidas de la capital venezolana demandando la inmediata celebración de un referéndum para revocar al tirano Nicolás Maduro. Ni el descomunal despliegue policial, ni los cortes de carretera, ni los hostigamientos y las detenciones han achantado a quienes quieren que su país viva en libertad y prosperidad y están protagonizando momentos que evocan los que acabaron por derribar el Muro de Berlín y las dictaduras comunistas de Europa Central y Oriental.

Con su enésima batida represiva, el régimen que detenta el poder en Venezuela no hace sino empeorar la ya pésima imagen del execrable Maduro, que ha asegurado está "dispuesto a todo" con tal de seguir subyugando a los venezolanos, que sin embargo han vuelto a demostrar que no se resignan a padecer por más tiempo a la casta cleptócrata y liberticida que ha llevado a su país a una de las peores crisis de su historia.

Aunque Maduro haya hecho caso omiso a todos los llamamientos internacionales –de la OEA, de Amnistía Internacional, incluso de Unasur– para que no trate como "golpe de Estado terrorista" lo que no es sino un memorable acto de resistencia civil a la tiranía, es imprescindible que la comunidad internacional eleve la presión sobre el régimen chavista y no abandone a la maltratadísima sociedad venezolana. Sin lugar a dudas, España debe ejercer un papel destacado en esta presión internacional, no sólo por los muchos lazos que unen históricamente a españoles y venezolanos, también para atajar de raíz cualquier intento de legitimación de los criminales desde ámbitos de poder autonómico y municipal copados –para oprobio de un PSOE ominosamente facilitador– por la extrema izquierda filochavista.

Ningún escaparate ilustra mejor a dónde conduce el populismo criminoso e incompetente de la izquierda más siniestra que la devastada Venezuela chavista, tan esencialmente ligada a personajes como Pablo Iglesias o el infame Juan Carlos Monedero, que como un esbirro madurista cualquiera anda llamando golpistas a los venezolanos que están diciendo basta a un régimen fundado por el sanguinario golpista Hugo Chávez Frías.

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