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Emilio Campmany

¿Dimitirá Trump?

Se ha desencadenado una campaña que acusa al presidente norteamericano de no estar preparado para desempeñar el cargo.

Se ha desencadenado una campaña que acusa al presidente norteamericano de no estar preparado para desempeñar el cargo.
EFE

La fulmínea dimisión del consejero de Seguridad Nacional de Trump no ha hecho que la tormenta amaine. Aunque a ello hayan podido contribuir los tuits en los que el presidente acusa a la comunidad de inteligencia de filtrar interesadamente las andanzas más o menos inapropiadas de sus subordinados, no es lo único. En apenas unas horas, se ha desencadenado una campaña que acusa al presidente de no estar preparado para desempeñar el cargo. Para probarlo, se recuerda que elige personas inadecuadas. Michael Flynn es supuestamente el caso paradigmático, ya que en su día fue despedido por Obama como jefe de la inteligencia militar. Con él, la tacha tiene escaso fundamento porque, para Trump y, sobre todo, para quienes le votaron, haber sido despedido por Obama, lejos de ser un baldón, constituye un mérito notable. Claro que el caso de Flynn no es el único. El elegido para hacerse cargo de la Secretaría de Trabajo, un amigo personal de Trump, ha renunciado antes de que el Senado tuviera ocasión de confirmarle o rechazarle al saberse, entre otras cosas, que contrató a un inmigrante ilegal para su empresa.

Y si las elige así, se dice, es porque él mismo es inapropiado para ocupar la presidencia. Quienes lo afirman olvidan que para ser presidente de los Estados Unidos no es necesario ostentar ninguna preparación específica, sino ser elegido por los norteamericanos. Pretender, como hace el Washington Post, que por encima del hecho de haber sido elegido está la inadecuación del personaje no es aceptable. Y no lo es porque nadie, ni siquiera el prestigioso rotativo, tiene derecho a decidir quién es y quién no es apto para ocupar la presidencia.

A la vez, el Wall Street Journal informa de que las agencias de inteligencia ocultan información a Trump porque creen que no está en condiciones de valorarla. Y el New York Times la complementa afirmando que Trump tiene previsto poner a un empresario amigo, sin experiencia alguna en materia de inteligencia, a supervisar lo que hacen las agencias. Y lo hace recordando que Trump nombró como directores de la CIA y de la Inteligencia Nacional a dos republicanos del establishment, próximos a Marco Rubio, que son por tanto de dudosa lealtad.

Una de dos, o la relación de Trump con Putin es mucho más estrecha de lo que había parecido y lo que se pretende es que Trump dimita antes de que el escándalo estalle y la posición de los Estados Unidos en el mundo se vea irremediablemente comprometida o el establishment político y mediático ha entrado en pánico acerca de lo que le puede hacer Trump y ha decidido desembarazarse de él cueste lo que cueste. No es descartable que haya algo de las dos cosas a la vez. Si lo de Rusia es verdad, Trump dimitirá más pronto que tarde. Pero si no le es, luchará por mantenerse en la presidencia y en esa guerra no habrá prisioneros. Consíganse una butaca y no se pierdan el espectáculo.

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