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Emilio Campmany

La movilización del pesebre

Sánchez está en un gran apuro y ha llegado el momento de que las ONG den algo más que las gracias por el mucho dinero que reciben.

Sánchez está en un gran apuro y ha llegado el momento de que las ONG den algo más que las gracias por el mucho dinero que reciben.
Reunión de Sánchez con colectivos educativos | EFE

Una de las peculiaridades de nuestra democracia posmoderna es que, para ser investido, pueda ser eficaz apelar al pesebre de las ONG para que presionen a Podemos y que Iglesias haga presidente a Sánchez gratis. Naturalmente, late la amenaza de que, de no hacerlo, perderán buena parte de las copiosas subvenciones con las que el Gobierno las riega. Cabe la posibilidad de que Sánchez vaya de farol. De hecho, los políticos de la izquierda y, si me apuran, también los acomplejados de la derecha, se sirven de las ONG para obtener el certificado de buenista que necesitan para ser tolerados por esa parte del electorado al que le gusta estar a bien con su conciencia apoyando a políticos que hacen "cosas buenas" y rechazando a los que hacen "cosas malas".

Pero Sánchez está en un gran apuro y ha llegado el momento de que las ONG den algo más que las gracias por el mucho dinero que reciben. Alguien, quizá Rubalcaba, antes de subir a los cielos, debería haberles avisado de que el PSOE, como Cosa Nostra, siempre cobra los favores. Don Vito Corleone, cuando hacía una merced, siempre avisaba de que lo más probable es que alguna vez pidiera que se le devolviera. El pesebre está acostumbrado a mamar a cambio sólo de bendecir las políticas del Gobierno. Eso ya no basta. Ahora hay que fajarse para que Pablo Iglesias se arrugue y vote "sí" a Pedro Sánchez por nada.

Las ONG han respondido de forma desigual. Las que están próximas al PSOE, en el sentido de que allí es donde colocan a quienes se quedan sin puesto o se han visto obligados a ceder el que ocupan a otro más necesitado o más enchufado, apoyan con entusiasmo esta cruzada por el Gobierno monocolor. Otras que, aunque dependan del mismo alpiste, se identifican mejor con la extrema izquierda, se resisten a ir contra sus instintos. Es de suponer que al final en todas primará la razón de la financiación sobre el corazón ideológico.

La cuestión importante, sin embargo, es si la presión que el pesebre pueda ejercer sobre Podemos será o no eficaz. Lo más probable es que sí. Si el PSOE necesita a las ONG, mucho mayor es la dependencia en el caso de Podemos. Es en una ONG donde espera refugiarse la mayoría de los políticos de ese partido cuando, por capricho del líder o de los electores, ya no haya cargo público para ellos. La supervivencia de las organizaciones y el mantenimiento de sus elevados ingresos, muy especialmente las que están más próximas a la extrema izquierda, es esencial para ellos. Son la garantía de una pensión vitalicia, el seguro de unos ingresos fijos para gente que en algunos casos es incapaz de hacer un trabajo que sea digno de una remuneración y en otros simplemente preferiría no tener que desempeñarlo. Así que, la jugada de Sánchez puede ser más eficaz de lo que parece. Lo terrible es que vivamos en un país en que pueda serlo.

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