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Eva Miquel Subías

Tal como somos

Nada tiene que ver con la libertad de expresión, sino con la línea que separa el Bien del Mal. Que, según parece, no está tan clara para algunos.

Robert Axelrod contaba hace unos cuantos años cómo las personas, incluso en las condiciones más adversas, acaban cooperando y ayudando a los demás.

Tras un estudio pormenorizado llegaba a esta conclusión en The Evolution of cooperation, donde apuntaba -de manera francamente esperanzadora- que no todo el mundo busca exclusivamente su propio interés, sino que a la gente, en el fondo, le importa lo que a los demás les pueda ocurrir.

Las emociones, de alguna manera, entran en juego en todo ello. Y dependiendo de nuestro estado de ánimo nos podemos mover en un sentido u otro.

Me vino a la memoria esta misma semana, a raíz del más que desafortunado tweet de CCOO de Castilla y la Mancha, donde se comparaba el fallecimiento de Rosalía Mera con un simple número en la lista de Forbes. Más allá del mal gusto y retorcimiento mental grave de quien lo escribiera, llama la atención que no tuvieran el más mínimo cuidado teniendo en cuenta el carácter público y viral de la red social en cuestión. Con lo que se llega rápidamente a la conclusión de que, o bien, creen que hay muchos seguidores que puedan pensar de la misma manera, o bien que, fundamentalmente, se lo pasan por el forro de la hoz.

Pero al cabo de unas pocas horas de tan tamaña vileza, proliferaron comentarios en Twitter al respecto del accidente de moto de la Delegada del Gobierno en Madrid y a quien desde aquí deseo transmitir toda la fuerza necesaria para superar tan duros momentos. Tweets mezquinos, salvajes, propios de mentes putrefactas; Tweets, en definitiva, que encarnaban la maldad en su más amplia dimensión.

La demagogia, tan española y bien adentrada en cada una de nuestras esferas, por supuesto, se sumó gustosa y orgullosa al atropello. Y así, se encadenaron caracteres viperinos y viscosos al respecto de recortes en sanidad pública, referentes al enorme monstruo con patas peludas que supone la externalización de ciertos servicios y que en España adquiere rápidamente el temido nombre de privatización, haciendo chistes y bromas macabras como si estuvieran chapoteando en el mismo infierno.

Mucha bilis. Y mucho odio. Y sorprende que realmente este tipo de personas puedan ser las mismas que pudieran ayudar en una accidente de tráfico, en una catástrofe natural o simplemente en echarle una mano a un amigo necesitado. Sorprende. Francamente.

Y nada tiene que ver con la libertad de expresión. Tiene que ver con la línea que separa el Bien del Mal. Que, según parece, no está tan clara para algunos. Y aquí ya me preocupo más. Porque hablamos de asuntos más graves. No hablamos de la falta de rigor, que afecta cada vez más a más medios de comunicación. O de la desidia a la que aquélla acaba conduciendo. Estamos hablando de hacer el mal por el mal. ¿Somos, entonces, malvados porque sí? ¿O lo somos sólo en ocasiones?

No hace tanto serbios, montenegrinos, bosnios y croatas se mataban y violaban entre ellos, en una de las más sangrientas guerras de los últimos años. Varios miles de miles de personas están siendo masacradas en Siria. Y en Egipto viven al borde de una guerra civil que, si se quiere frenar, habrá que abordar de raíz los no pocos problemas que de fondo subyacen en una sociedad compleja.

Unas veces por la religión, otras, por su carácter étnico y tribal, otras, por causas puramente ideológicas, contaminadas éstas por unos y por otros hasta límites letales. Pero parece que el hombre no ha dado con la fórmula para evitar la guerra. Para evitar, en definitiva, la maldad.

Las pasiones, excitadas por la raza, el origen, el dinero, la ignorancia, el fanatismo religioso, los más bajos y primitivos instintos, están siempre detrás de lo peor que muestra de sí mismo el género humano.

Pero no lo olvidemos. El no dar la importancia que merecen según qué comportamientos o el mirar permanentemente hacia otro lado, no creo que nos ayuden demasiado a encontrar el camino de la decencia.

En España

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