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EL SALVADOR

Cómo hemos llegado al desastre institucional

El pueblo salvadoreño jamás imaginó la grave crisis institucional que iba a vivir su país sólo dos años después de las elecciones de 2009.


	El pueblo salvadoreño jamás imaginó la grave crisis institucional que iba a vivir su país sólo dos años después de las elecciones de 2009.

En ese momento, el mandato fue claro: el pueblo eligió presidente a Mauricio Funes, del Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN); pero el contrapeso lo puso en la Asamblea, donde el FMLN contaba sólo con 35 de los 84 diputados, por 32 de la principal formación opositora, Arena (Alianza Republicana Nacionalista).

Este balance era muy tranquilizador para el electorado. El riesgo de elegir un presidente del FMLN, que profesa una ideología antidemocrática, quedaba atenuado por el hecho de que la Asamblea estaba en manos de la oposición. Sólo el CD (Cambio Democrático) podría aliarse con el FMLN por razones ideológicas.

Sin embargo, como es de todos conocido, muy rápidamente el FMLN logró controlar el Legislativo, gracias al apoyo incondicional que le brindaron dos formaciones que supuestamente iban a contrabalancearlo –el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Partido de Conciliación Nacional (PCN)– y trece diputados que desertaron de Arena para fundar Gran Alianza de Unidad Nacional (GANA), que enseguida se hizo con varios diputados del PDC y del PCN. Así las cosas, el FMLN ha podido ir apoderándose de las instituciones clave para asegurarse la permanencia en el poder, con independencia de lo que decida la ciudadanía.

Mauricio Funes.La captura de las instituciones ha progresado con rapidez. La Policía Nacional Civil se ha ido politizando gradualmente, prácticamente todas las instituciones del Estado han despedido masivamente a gente que no comulga con las ideas y proyectos del FMLN y contratado por miles a seguidores del oficialismo, lo que ha permitido a éste conformar una poderosa red clientelar. Al gobierno no le ha importado que faltasen medicinas y que el deterioro de los servicios públicos alcanzase unos niveles abismales: su objetivo ha sido copar el gobierno con la gente del FMLN y con cubanos.

De un tiempo a esta parte la asociación entre el FMLN y GANA se ha estrechado, de tal forma que este último parece haber desplazado al PCN y al PDC como aliado de referencia de aquél.

En las últimas semanas el FMLN-GANA ha capturado dos instituciones muy importantes: el Tribunal Supremo Electoral y el Registro de Personas Naturales. Además, ha tomado el control de la Corte de Cuentas.

Hay una cosa que no sorprende y dos que sí lo hacen en este proceso. No sorprende que el FMLN trate de controlar las instituciones del país, especialmente las relacionadas con las elecciones. Que nadie se extrañe de que en El Salvador comience a pasar lo que ya ha pasado en Venezuela y Nicaragua. Lo que sí es sorprendente es la rapidez con que lo ha conseguido... y la falta de respuesta del único partido que no está en connivencia con el FMLN: Arena. Por supuesto, no puede esperarse una respuesta en defensa de las instituciones del país por parte de GANA, el PDC o el PCN, porque son estos partidos los que han hecho posible que el FMLN las intervenga y controle. Es una lástima que los líderes de esas formaciones no hayan leído o entendido la historia: entonces sabrían que los que facilitan la subida de partidos absolutistas como el FMLN (tanto en la izquierda como en la derecha) son los primeros en ser destruidos cuando los absolutistas se hacen con el control total.

Lo más sorprendente, repito, es el silencio atronador de Arena. Ciertamente, hay declaraciones aquí y allí, pero no una respuesta vital, no está celebrando actos políticos que muestren el repudio de la población a lo que está haciendo el FMLN. Arena parece estar haciendo política como si estuviéramos en tiempos normales. Son grupos nuevos como Creo, que no tienen la organización ni los medios de Arena, los que están ganándose a la gente y demostrando tener la fuerza moral suficiente para dar a la sociedad el liderazgo que necesita en estos momentos de crisis.

 

© El Cato

MANUEL HINDS, exministro salvadoreño de Finanzas.

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