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ARGENTINA

Los expolios de los Kichner

Corren malos días para Cristina y Néstor. Él ha sido vetado para la Secretaría de Unasur. Los uruguayos lo rechazaron por el daño que hizo a su industria de la celulosa. Aquí en Chile causó el cierre de varias industrias, pero era nuestro candidato oficial.

Corren malos días para Cristina y Néstor. Él ha sido vetado para la Secretaría de Unasur. Los uruguayos lo rechazaron por el daño que hizo a su industria de la celulosa. Aquí en Chile causó el cierre de varias industrias, pero era nuestro candidato oficial.
Néstor y Cristina Kirchner.
Ante eventuales enjuiciamientos, el ex presidente argentino buscaba el blindaje de la inmunidad diplomática inherente al referido cargo. Desde Unasur apoyaría a Evo Morales y a Chávez, ya que sólo ellos tienen claro a dónde va esa organización.
 
Por lo que hace a Cristina, anda envuelta en un escándalo por un maletín con billetes enviados por Chávez. Tanto ella como su marido han sido progresivamente abandonados por el vicepresidente argentino y sus antiguos partidarios.
 
Lo que les queda es desalentador. Igual que Chávez, ven que las arcas fiscales no tienen recursos para financiar el populismo que los sostiene. En su desesperación, echan mano a los ahorros previsionales de más de nueve millones de trabajadores. Antes, Néstor dejó de pagar deuda pública de la República Argentina adquirida por jubilados europeos. Ahora les ha tocado a los argentinos. Evo Morales también rapiñó a las administradoras de fondos de pensiones bolivianas. Es el socialismo del siglo XXI.
 
Hay derechos fundamentales y compromisos internacionales que protegen los fondos previsionales, inembargables e intocables. Logramos la presidencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se debería ocupar de estas transgresiones, y nada. A miles de trabajadores chilenos que trabajan en Argentina se les confiscarán sus ahorros para la jubilación. Para nuestras autoridades, es preferible el silencio. Sucede que son vecinos andinos, con simpatías oficiales.
 
Hace cinco años, Néstor Kirchner decretó el corte de gas a Chile. Su cónyuge lo extendió al extremo. Nuestros presidentes confiaron en contactos personales para normalizar el suministro. "Bienvenido, amigo Néstor", fue el vocativo –peccata minuta– del presidente Lagos en un banquete ofrecido en La Moneda, iluminada por los últimos fluidos del gas transandino. Generosa fue la presidenta Bachelet, que apoyó a Cristina y la distinguió con su primera visita oficial al exterior. No lograron que se respetara el acuerdo internacional, y seguimos perjudicados por el encarecimiento energético que provocaron.
 
Desde la suscripción del Tratado de Paz y Amistad se había avanzado en la mejora de la confianza entre ambos países. Con un simple decreto se retrocedió una década. Ls chilenos, con el gas, supimos lo que significa depender de un Kirchner. Ahora, con la confiscación previsional, sabemos que no tienen límites. Así también lo entiende el resto del mundo, que ha declarado a Argentina un país de alto riesgo por la gestión de los Kirchner.
 
¿Cuál será su próximo expolio? ¿Volveremos a hacer la vista gorda?
 
 
© AIPE
 
HERNÁN FELIPE ERRÁZURIZ, ex ministro chileno de Asuntos Exteriores.
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