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UN VIAJE POR LAS HURDES

A San Blas, abogado de la garganta

He aquí el poema dedicado a San Blas, abogado de la garganta, compuesto por el padre de la señora Isabel y por ella misma en ocasión de haberse salvado esta última de unas anginas malignas.

He aquí el poema dedicado a San Blas, abogado de la garganta, compuesto por el padre de la señora Isabel y por ella misma en ocasión de haberse salvado esta última de unas anginas malignas.
Una imagen oriental de San Blas.
Felices días, señores, / a todos en general, / vecinos y forasteros / y a toda la cristiandad.
Como poeta nací, / en Las Hurdes me crié / y hurdana soy de raíz.
A vuestros pies fervorosa / y de rodillas postrada, / vengo aquí, espejo divino / para traerte esta manda.
Cuando tan mala me vi, / allí acostada en mi cama, / apenas sin conocimiento / y ahogada de la garganta
Vuela y revuela / lo mismo que mis padres / a mi alcoba llegan / buscando a sus dos hijas / fieles compañeras.
Qué pena, que sentimiento / mis padres por mí pasaron / y por una hermanita mía /
que murió en el mismo caso.
Dios me la tenga a su vera / y coronada de gloria está, / donde siempre nos espera /
para toda la eternidad.
Obra tú, divino Blas, / con tus manos amorosas / que no me vuelva a dar / enfermedad tan contagiosa.
Quince días, nada menos, / apenas sin respirar, / y las anginas crueles / cada vez más irritás.
Por los montes de Largeo / vas bendiciendo el ganado / con cayada de pastor, / ¡Gloria al Espíritu Santo!
Con que a vos, San Blas bendito, / te pido con atención / que le des salud y suerte /
al doctor que me cuidó.
Y a su familia también, / y a todos los que nos oyen, / y en el reino de los cielos / de gloria nos acoronen.
Gloria a San Blas en las alturas. / Viva el divino poder. / Viva la gloria del cielo. / Y viva la joven Isabel.
El público me perdone, / todos me daréis las palmas, / todos viváis y vivamos /
en las montañas hurdanas.
 
"Los hurdanos tienen mucho aprecio a sus montañas. Son una población muy antigua. A esta fonda ha venido mucha gente, de la televisión, escritores… Yo salí en la televisión, en un programa de Las Hurdes, que hablaba de todo eso. Lo que no me gustó nada es el libro que escribió ese Salinas y el otro… Todo lleno de mentiras, una indecencia. Si el tío ese se pierde, mejor que no venga a caer por aquí".
 
"La tierra es de los hurdanos, que existen papeles que prueban que fueron compradas. Mi abuelo nos decía: no dejéis que nadie os quite el término –le llamaba así, el término– porque es de nuestra propiedad, que está en un contrato. Aquí vienen todos los años unas chicas de Barcelona que son… no me acuerdo de la palabra… sí, arqueólogas, y que lo saben. Los papeles están en (¿dijo Salamanca? El viajero lamenta no haberlo apuntado). Un poco estropeados, pero están".
 
"Se han encontrado restos prehistóricos. A la entrada de Nuñomoral, al cavar los cimientos de una casa, salió una piedra, como de un metro y pico, que estaba escrita en romano y en hebreo, y era de una tumba. Ahora está en el museo de Cáceres. Decía que el muerto se llamaba Domingo y que era de un pueblo, Zurubano o cosa así, que tiene que ser de Italia. Pero no se excavó más, y seguramente hay más cosas. Yendo para Aceitunilla existe una roca junto al río, en un sitio que llamábamos la lancha del cura, y que tenía señales, unas formando medias lunas y otras, escaleras, y que tenía que ser un altar de aquellas religiones antiguas. De pequeños decíamos: 'Vamos a ver las escaleras que suben al cielo', y jugábamos allí. Y jugábamos también en unos corros de piedra que había cerca de Aceitunilla, en el lombo Cordón. Eran todos redondos y no tenían entrada. Los llamábamos corrales de chivos y dicen que eran cosas celtas. Había muchas por los montes, pero casi no quedan. Y Asegur, ¿sabe usted?, fue campamento romano".
 
– Cambiando de tema, usted anuncia comidas naturales…
– Sí señor, de pueblo. Le voy a decir unas recetas viejas. Por ejemplo, la tranca, que también se cocina en La Alberca. Un plato fuerte, ya verá usted. Se pelan patatas en rodajas finas, se echa un poco de sal y se calienta aceite, si puede ser en caldereta o en paellera. Se dejan freír las patatas con pimentón, dos hojas de laurel y dos dientes de ajo picado. Se tapa con una tapadera, y a fuego lento. A los 5-10 minutos se da vuelta a las patatas y se tapa otra vez. Para entonces se tiene bacalao desaguao (300-400 gramos) y se echa cuando las patatas estén freídas. En una cacerola aparte se cuece arroz, luego se le quita todo el caldo y se echa con el bacalao y las patatas. Se le da unas vueltas a todo, durante 10 minutos, a fuego lento, y ya está.
 
"Y ahí va otro plato, que se llama cazuela y que se preparaba para las bodas. Se pelan las patas de la res (cabra) y se lavan los callos de ella. Se pican en trozos y se ponen a cocer. Se cuece también la cabeza, sin ojos, y se le quita la carne. Esa carne y las patas, todo se deja bien picadito, y se rebuja. Un poco de sal y ajo. La carne se envuelve con los callos, en rebujones, y se atan con las tripas. Se ponen a cocer en la olla con agua, sal, ajo y laurel, y se deja quince minutos si la olla es a presión. Luego se quitan, se escurre bien el caldo y se fríen. Después se vuelven a freír con un poco de cebolla, tomate, tres huevos batidos, durante cinco minutos".
 
"Y un desayuno que llaman limonada, muy fuerte. La última vez que lo tomé ya no necesité comer en dos días. Una barbaridad. Se pica un limón muy fino, en rodajas, se le echan dos naranjas picadas, dos huevos cocidos, también en rodajas, un trozo de chorizo casero, igualmente en rodajas, dos dientes de ajo en trocitos, un poco de sal, un poco de aceite y un chorro de vino. Se mezcla y ya está".
 
 
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