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Francisco Pérez Abellán

Quemar la droga

¿Dónde ha quemado tanta droga? ¿Y cómo no se ha abierto un telediario con la quema de droga? ¡A ver si va a ser mentira!

Algunos políticos han olvidado u orillado el hecho de que deben rendir cuentas a los ciudadanos. Eso pasa mucho en el Ministerio del Interior. Pones "droga quemada" en Google y salen 1.850.000 resultados en 0,41 segundos. Pues bien, en las primeras cinco páginas no aparece notificación alguna de que el Gobierno español haya quemado droga en todo el 2012 ni en otros años, de los miles de kilos de mercancía incautada, por lo que hace mucho que les advertimos: están ustedes incitando a las mafias del narco al robo. Se lo ponen tan fácil que van a dejar de importar la droga para robarla en los depósitos judiciales. Pues como el que oye llover.

El pasado 31 de diciembre, mientras nos tomábamos las uvas, un grupo de enmascarados se llevó 1.000 kilos de hachís de los depósitos de la aduana de Cádiz. Entonces, en el periódico portavoz de otras filtraciones del Ministerio del Interior, especialmente con el Gobierno socialista, el actual Ejecutivo filtra que en el año 2012 se han quemado más de 373.000 kilos solo a través del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado, CICO. ¿Y qué es el CICO? ¿Lo sabe alguien? Políticamente el CICO es un borrón de tinta, opaco, impenetrable. El CICO es insumergible, incoloro, inodoro y no echa gusto a na.

Se ignora si es metálico o lo han hecho con PVC. Si es de vidrio, lo han tintado para que no se vea desde el exterior. No puede ser mascado, ni deglutido: el CICO es imposible de digerir. Se trata de uno de esos organismos que tienen título pero no trasciende el protocolo de actuación. En resumen, se trata de una redundancia del Ministerio del Interior para que no se eche de menos.

El CICO es como el CNI, y recuerden que cuando el 11-M se descubrió que el CNI, Centro Nacional de Inteligencia, ni era nacional ni de inteligencia. El CICO es lo mismo, nada más que con las familias Corleone, Yusupov y por ahí seguido. Cuando lo descubrimos, nos dimos cuenta de que el Gobierno no facilitaba datos sobre el crimen organizado. Es decir, las mafias habían echado pie a tierra en España y los políticos habían creado un organismo que alquila ropa para disfraces. El CICO no tiene voluntad de informar ni rinde cuentas a los ciudadanos, ¿entonces a quién rinde cuentas? ¿Lo sabe alguien?

El CNI rendía cuentas a Jose María Aznar a través del diplomático Jorge Dezcallar, que era el director de los espías de Aznar en pleno 11-M pero que en seguida pasó, sin transición, a ser el embajador del Gobierno socialista en el Vaticano, y luego todavía más: el embajador personal de ZP en USA.

Misterios del CNI, que nunca previno contra redes de terroristas de Al Qaeda, ni notificó el explosivo que se puso en los trenes de Atocha ni pudo advertir de que un atentado, el mayor de todos los tiempos, iba a tener lugar en Madrid. Y haciéndolo tan mal, la cabeza visible del contraespionaje zapatofónico español fue largamente recompensada por el Gobierno de los adversarios. Insuperable. Debería estar prohibido.

Volvamos con el CICO: de ser cierto eso de que ha quemado tanta droga, supone la incineración diaria de más de una tonelada. ¿Y dónde lo ha hecho? ¿Y por qué no lo han advertido ni una sola vez? ¿Y cómo no se ha abierto un telediario con la quema de droga? ¿Por qué no han invitado a los periodistas para dar cuenta de la actualidad? ¡A ver si va a ser mentira!

Recuerden ustedes la pena que da cuando salen todos esos relojes clonados bajo el aplastante peso de una apisonadora, o todos esos cedés pirateados, destruidos; pues imaginen todas esas sacas de droga llenas de sueños quemados, en virtud de la seguridad. El caso es que en Google sí aparecen diversas quemas de droga, suficientemente anunciadas y debidamente notificadas: en Perú, en la República Dominicana, en Chile, en México. En la República Dominicana incluso se proponen quemar droga cada semana, para impedir que se acumule peligrosamente. En España, en cambio, no hay compromisos: si roban un nuevo alijo de droga, ¿dimite el ministro del Interior? Pues no. Nadie se compromete. A todo lo más, una nueva filtración, aunque resulte poco acreditada o increíble, como esta que deja con la boca abierta: ¿dónde quema el CICO más de una tonelada de droga al día, a la chita callando, y sin que se entere nadie?

Prueba de que el periodismo ha muerto es que el pianista del burdel ordena que estas noticias de verdad, sorprendentes y aterradoras, únicas y estremecedoras, filtradas por los amiguetes del otro lado de la valla, se publiquen de faldón de las informaciones de seguimiento. 

En España

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