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Francisco Pérez Abellán

Sin vergüenza

Señores de las FSE, el entrenamiento debe ser justo al revés: para recuperar cuanto antes la vergüenza.

Me paso el tiempo pensando por qué los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles no estudian investigación criminal de forma reglada, por qué, aunque es obligatorio, no todos los mandos de la Policía tienen nivel universitario y cómo es posible que se inventara un título de criminólogo express con la ayuda de una universidad pública para regalar en "un solo año online" el grado universitario a algunos jefes, algo que a un joven estudiante le cuesta cuatro de estudio. Pero sé que el Ministerio de Educación ya ha reventado el chollo.

La respuesta llega a través del absurdo cuando se descubre a una agente de la Guardia Civil haciendo el Rambo en la Plaza de España, como Chiquito de la Calzada, con una cinta rosa en la frente, reptando como una procesionaria y con un fusil en las manos. Al ser descubierta, ha trascendido que pertenece a una unidad de investigación y que estaba haciendo un ejercicio "para perder la vergüenza". Qué vergüenza.

Asunto que mezcla el puro azar con las reglas de la lógica, como en La gota de sangre de la Pardo Bazán: ¿puede ser cierto que un agente de la Guardia Civil tenga que perder tan virtuosa prenda? Creo que evidencia que lo que necesitamos urgentemente es salir de la provisionalidad.

¿Quién está al mando? En el supuesto ejercicio participaban tres agentes: la Ramba y otros dos masculinos, "vestidos de bailarinas", como si fuera carnaval. Lo que convirtió el espacio público en un cabaret, y aunque no lo parezca es muy definitorio de cómo están las cosas. Por lo mismo, el responsable debe salir ya, dar explicaciones y en su caso dimitir: por exponer al pánico a los ciudadanos, y a los agentes a una desgracia. Días antes, un subsahariano con un fusil, igualmente falso como el de la Ramba, fue capturado desfilando delante de una sede policial y enviado a una celda. Entonces se dijo que le podían haber agujereado el cráneo, y seguramente el subsahariano se sintió avergonzado.

De modo que, ¿a qué viene este doble rasero en la España con "Nivel 4 Plus de alerta antiterrorista", dejando el mando a la irresponsabilidad? Es como si los agentes hubieran subido a un avión gritando que llevaban una bomba: desde luego, habrían perdido la cabeza. Si la alerta hubiera sido eficaz, no los habrían detenido dos policías locales de la ONG que quiere montar Carmena, sino a lo peor los disparos de la unidad antiterrorista. Con la que está cayendo, todo esto se llama imprudencia e indica que los políticos, aunque estén en funciones, deben revisar qué pasa en el ámbito de la seguridad. En concreto: ¿cómo se ha montado una operación con un pretexto pedestre en una sociedad sin rubor? ¿Para qué perder la vergüenza en un país que la tiene perdida?

Soy un convencido de que la policía española es la mejor policía del mundo, pero solo los de a pie. Y soy un devoto de la Guardia Civil, pero no así de los mandos políticos, a los que frecuentemente se elige sin tino. En esto la Guardia Civil no ha tenido mucha suerte desde Luis Roldán, el primer director civil, encarcelado por delincuente. Que se den ya explicaciones de cómo se ha metido la trola de que para investigar hay que perder la vergüenza, cosa para la que no sería necesario ningún ejercicio, puesto que puede conseguirse simplemente entrando en política. Y niego la mayor: yo que investigo desde hace tiempo, les aseguro que para investigar hay que tener intacta la capacidad de ruborizarse. A mí, hasta ahora las explicaciones que han dado me dan alipori.

Señores de las FSE, el entrenamiento debe ser justo al revés: para recuperar cuanto antes la vergüenza.

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