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Luis Hernández Arroyo

Pobreza no es honradez

La pobreza nunca es aconsejable como camino a la honradez. La angustia y la pobreza provocadas por la crisis del 29, aquella famosa depresión de la que sólo se recuerda la fecha, hizo aflorar lo peor del ser humano.

Oigo por la radio que la gente opina bravuconamente sobre la crisis. Un oidor de una sintonía muy seguida dice que las crisis son buenas porque "sacan lo mejor de cada uno". Yo temo que es justo lo contrario; lo que se produce es un aumento de la amargura y del rencor. Hay crisis, como la del 1975-85, que dejan a más de una generación irrecuperable para el trabajo, pues cuando se acaba la crisis sus miembros no han podido ejercer su profesión, que ha quedado obsoleta.

Otro oyente dice que prefiere ser pobre pero honrado, y que un país así, pobre y honrado, es más apetecible que uno rico pero corrupto. No hay pruebas de que la pobreza genere honradez; en cambio, de lo contrario hay numerosos ejemplos.

Se puede observar que en las regiones ricas del mundo la gente trabaja más y vive sin angustias materiales. Incluso en algunos países, por sus raíces religiosas, se practica más de lo que se piensa la generosidad con los demás. En EEUU, más un 8% de la renta se dedica voluntariamente a donaciones. Un 8% es mucho, mucho más que el 0,7% obligatorio que se propone en España como la gran meta y al que no hemos llegado. Cuando se critica a los americanos porque consumen mucho, no se tiene en cuenta este dato.

La pobreza nunca es aconsejable como camino a la honradez. La angustia y la pobreza provocadas por la crisis del 29, aquella famosa depresión de la que sólo se recuerda la fecha, hizo salir lo peor del ser humano: Surgieron los monstruos del siglo XX, nazismo y fascismo, y se expandió por Europa el otro monstruo, el comunismo, con el resultado que los países europeos se polarizaron hacia uno u otro siniestro signo y llegó la guerra... Una lectura sobre el estado de Alemania antes de la contienda puede dar una idea del grado de envilecimiento a que llega una sociedad empobrecida por la hiperinflación.

Que nadie desee esta crisis que viene porque piense que desalojará a Zapatero del poder; es posible que así sea, pero lo probable es que el PSOE se radicalice más aún y se quede enrocado en el poder. Ahora mismo España es una nación rota, y el paso de la crisis no la recompondrá; por el contrario, será carnaza utilizada por los socialistas y nacionalistas para hacer cambios que refuercen sus posiciones.

Hay ejemplos contemporáneos de que la pobreza no purifica las sociedades: Chávez en Venezuela; Los Kirchner en Argentina... Y es que un dictador astuto sabe que la riqueza puja con fuerza por la libertad, y que es más fácil maniatar a una sociedad pobre. Pues de esa manera él dice detentar la única solución a los problemas, y soborna como quiere a los grupos que le apoyan. Una sociedad rica es una sociedad más independiente del poder, menos sobornable.

Seamos ricos. Empecemos por no envidiar la riqueza del vecino. Si queremos que haya más ayuda a los necesitados, involucrémonos nosotros y no presionemos al Estado para que aumente los impuestos, pues se los entregará a su clientela electoral.

"El hombre ha nacido para ser rico", decía el gran poeta Emerson. Creemos riqueza y favorezcamos a los demás.

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