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Max Boot

Estado Islámico: qué hacer

Washington puede hacer mucho más en la lucha contra el EI.

Washington puede hacer mucho más en la lucha contra el EI.

Resulta fácil decir que la decapitación del pobre Peter Kassing (un ex ranger del Ejército estadounidense convertido en cooperante en Siria) es un acto de "pura maldad", como ha hecho el presidente Obama. Resulta bastante más difícil saber cómo enfrentarse a esa maldad de forma eficaz. Y eso es lo que el presidente, de momento, no ha conseguido. Por poner un ejemplo: la campaña aérea contra el Estado Islámico es diez veces menor que la lanzada contra los talibanes en el otoño de 2001. Y el número total de efectivos autorizados para la misión (que ahora es de 3.000) se queda muy lejos de lo que los expertos en la materia consideran necesario: las estimaciones más realistas oscilan entre los 10.000 y los 25.000.

En este recién publicado memorando sobre innovación política del Consejo de Relaciones Internacionales esbozo mi visión de cómo debería ser una verdadera estrategia destinada a"laminar y, en última instancia, destruir" al Estado Islámico. Como verán, no sólo insto a un mayor esfuerzo militar, sino a hacer más por adiestrar y movilizar a las tribus suníes de ambos lados de la frontera siro-iraquí, y a extender nuestra lucha contra el régimen de Asad para convencer a los suníes de que se unan a la campaña contra el EI.

Además, defiendo que se realicen ahora los preparativos para construir un orden posterior a la guerra, tanto en Siria como en Irak, por muy poco apetecible que les resulte a algunos la idea del nation building. Resulta difícil exagerar la importancia de este último punto, pues sólo esbozando un futuro esperanzador Estados Unidos podrá convencer a los sirios y a los iraquíes para que arriesguen sus vidas combatiendo contra el Estado Islámico. Declarar una zona de exclusión aérea sobre toda Siria o parte de ella sería un importante primer paso, pues permitiría que el Ejército Libre Sirio se adiestrara y que se organizara un Gobierno sirio libre.

Por desgracia, de momento no hay indicios que señalen que el presidente Obama esté dispuesto a desarrollar semejante iniciativa. Pero es posible que la continua indignación por las decapitaciones de estadounidenses a manos del EI le obligue a ello.

Ah, para quienes crean que el EI está tratando deliberadamente de atraer a las tropas estadounidenses a Irak y Siria: de momento, la decepcionante campaña estadounidense está jugando a su favor, pues les permite decir a sus seguidores que han resistido al Gran Satán. Una campaña más efectiva no le gustaría tanto al EI si tuviera como resultado su desmembramiento y derrota, como le ocurrió a su antecesor, Al Qaeda en Irak.

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