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Pablo Molina

Un compañero de Ben Laden lo cuenta todo

Muerto Ben Laden y cada vez más lejano su recuerdo, Al Qusy se ha está convirtiendo –lo ha hecho ya– en una parte fundamental de la propaganda de de Al Qaeda.

Muerto Ben Laden y cada vez más lejano su recuerdo, Al Qusy se ha está convirtiendo –lo ha hecho ya– en una parte fundamental de la propaganda de de Al Qaeda.
Osama ben Laden | Archivo

El número 15 de Inspire, la revista de Al Qaeda, incluye una interesante entrevista con Ibrahim Ahmed Mahmud al Qusy, antiguo colaborador del líder de la organización terrorista islamista. Como explica Thomas Joscelyn, de la Foundation for Defense of Democracies en su publicación especializada..

Qusy trabajó para Ben Laden en una variedad de roles desde comienzos de los años 90 del siglo pasado hasta diciembre de 2001, cuando huyó de la batalla de Tora Bora y fue capturado por las fuerzas paquistaníes. Fue entonces enviado a las instalaciones de la bahía de Guantánamo, en Cuba, donde permaneció desde 2002 hasta julio de 2012, cuando fue trasladado a su país natal, Sudan. Solo dos años después, en diciembre de 2014, Al Qaeda de la Península Arábiga, reintrodujo a Qusy como una figura dirigente de la organización.

En la actualidad, Al Qusy representa el vínculo que une a los miembros actuales de la organización con los tiempos de Ben Laden, cuando se forjaron sus orígenes. Como persona que estuvo al lado del líder de la organización con total lealtad, Al Qusy es una figura que legitima la lucha de los actuales miembros de Al Qaeda y los conecta con su principal referente, al tiempo que les confirma en sus creencias y anima a seguir en la misma lucha.

El lugarteniente de Ben Laden explica en esta entrevista cómo era el líder de Al Qaeda y resalta, como es natural, su carácter piadoso. Los responsables de la organización aprovechan su figura para poner de manifiesto su diferencia esencial con el Estado Islámico. Se trata de una discrepancia muy profunda que afecta a la línea estratégica principal que debe seguir una organización con vocación de liderar a la yihad mundial. Así, mientras el califato terrorista liderado por el autoproclamado califa Abubaker al Bagdadi pretende establecer un Estado Islámico en Oriente Medio y, a partir de ahí, iniciar su expansión al resto del mundo, Al Qaeda, ya desde los tiempos de Ben Laden, considera que lo prioritario, antes de fundar ninguna entidad estatal islámica, es acabar con EEUU y Occidente, así como los regímenesimpíos que pueblan Oriente Medio con especial atención a Israel. Al Qusy lo explica así

No podemos establecer un Estado islámico hasta el colapso total de América, la cabeza de la serpiente -si cae lo hará también su cola y los regímenes que apoya caerán también. América se levanta como un muro delante de nosotros en la lucha contra los judíos que ocupan Palestina. Además ayuda a los judíos militar y económicamente, y también los apoya en el terreno espiritual y de seguridad.

El ayudante de Ben Laden confirma también que las operaciones suicidas son un vehículo fundamental para atacar objetivos occidentales por la manera en que extienden el terror en las sociedades libres.

El jeque Osama (que Alá tenga piedad de él) creía que las operaciones de mártires representaban la manera más efectiva de aterrorizar y expulsar a un enemigo poderoso. Un enemigo que piensa que tiene los medios, el poder y la capacidad de destrucción para hacer que otros se inclinen y se sometan a su voluntad. Hoy, las operaciones martiriales -por la gracia de Alá- se convierten en un tormento que aterroriza a los enemigos, les priva del sueño y les hace pensar y revisar sus creencias y políticas.

Como es sabido, los recientes atentados en suelo europeo fueron planeados y ordenados por Al Qaeda de la Península Arábiga, la rama más activa de la organización que, en la actualidad, se refugia en tierras yemeníes.

El perfil biográfico de Al Qusy y sus afirmaciones más relevantes coinciden con las informaciones recopiladas a lo largo de los años por los servicios de Inteligencia occidentales. Muerto Ben Laden y cada vez más lejano su recuerdo, Al Qusy se ha está convirtiendo –lo ha hecho ya– en una parte fundamental de la propaganda de la organización terrorista. Como escribe Joscelyn, por lo menos "mientras sobreviva a los drones que pasan zumbando por encima de su cabeza".

© Revista El Medio

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