Al viajar al extranjero, uno se da cuenta de la grandeza del Real Madrid. Es decir que eres de España y todos los aficionados al fútbol sienten envidia. Las Copas de Europa dan la vuelta al Mundo y ahí, el Real Madrid, no tiene competencia. Tres consecutivas es una barbaridad. Entonces, ¿por qué hay tanta decepción y críticas entre su afición? ¿no deberían tener el vaso de felicidad a rebosar? Sí y no. En el extranjero se sigue sobre todo la Champions League y en España, el día a día. O lo que es lo mismo, la Liga. Y si el balance en Europa es de sobresaliente, el nacional es deficiente. La rutina semanal, la que te hace feliz o infeliz durante más tiempo, se saldará, si no hay sorpresa esta temporada, con dos Ligas de las últimas diez. Esta es la completa y no parcial, realidad del Real Madrid.
El aficionado blanco se está acostumbrando a malos hábitos. Ya se asume con cierta normalidad que en enero se haya perdido la Liga. ¿Cómo puede pasar eso? Sucedió en la última temporada con José Mourinho, igual con Zidane en su tercer año y en este, si no ha pasado todavía de manera definitiva, es sólo por demérito del Barcelona que suma 8 puntos menos. El aficionado e incluso los jugadores adoptan el recurso del mal estudiante que quiere compensar 7 malos meses con un buen examen final. Ya aprobaremos con la Champions, vino a decir Lucas Vazquez anoche.
El aficionado está empezando a asumir con naturalidad que su equipo, el todopoderoso Real Madrid, no sea superior en juego a casi todos los equipos con los que se enfrenta. Rayo Vallecano, Huesca y Villareal, sus últimos rivales, estaban en puestos de descenso. ¿Fue el Madrid claramente mejor ante alguno? ¿En qué partido la afición se divirtió en el Bernabéu al margen del encuentro ante la Roma? Las goleadas ya no son a favor. De hecho, se asume que de vez en cuando toca alguna goleada en contra. Puede ser en un imponente escenario como Camp Nou pero también en Ipurúa o en casa ante el CSKA de Moscú. No pasa nada. Es lo que toca y hay que asumirlo porque ya llegará la Champions League en Mayo.
¿Acaso, no hace mucho tiempo, la gente no acudía al Bernabéu con el propósito de pasárselo bien? Yo recuerdo que sí. Ahora, los abonados que van al estadio, cada vez menos por cierto, saben que eso toca sólo en Champions pero en Liga no, que eso no importa tanto. Eso es pedir demasiado. Y claro, si como dicen los jugadores, se cambia el chip en Champions porque ahí sí se crecen, ya ni hablemos de la Copa del Rey.
Ese título tiene menos importancia que el Mundial de Clubes. Y el aficionado lo asume. Es lo toca. ya no hay duelo Mourinho – Guardiola y este título es un birria al lado de la Champions, ¿qué hace el Madrid con la Copa? Si se gana, bien. Si se pierde, tampoco pasa nada. Se puede caer ante el Leganés en casa, ante el Celta o incluso sin jugar, como pasó ante el Cadiz hace tres temporadas. El aficionado lo asume porque ya llegará Mayo y la Champions. El Real Madrid se está mal acostumbrando. Desde la directiva que no ficha a ninguna estrella desde Bale, que suma 22 lesiones, hasta los jugadores. Todos están rebajando la exigencia que demanda su escudo.