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Zoé Valdés

El embajador espía

¿Debiera importarle algo a los españoles que votan a Vox y a Vox las palabras de este espía, embajador del terrorismo?

El embajador del terror castrista, Gustavo Machín, más conocido según dicen como El Tavo, igual que en tiempos no tan remotos otro engendro de estos fue llamado El Terro (por terrorista), ha opinado, yendo en contra de sus funciones como embajador, que la tercera fuerza política de España y sus votantes son fachas.

¿Debiera importarle algo a los españoles que votan a Vox y a Vox las palabras de este espía, embajador del terrorismo? No, si no tuviera un cargo de funcionario diplomático. Pero lo tiene. Y ante cada una de sus palabras se debe siempre estar muy alerta.

Gustavo Machín es un esbirro que fue expulsado de Estados Unidos mientras fingía, que no fungía, que cumplía funciones diplomáticas, cuando en realidad lo que hacía era espiar para el régimen terrorista de Fidel y Raúl Castro, cuya herencia cayó por nombramiento a dedo en el antiguo militar Miguel Díaz-Canel, quien en los últimos meses ha probado ampliamente que es capaz de ser tan siniestro como sus predecesores y protectores. Más información sobre el embajador cubano en España en SevillaInfo.

Gustavo Machín es quien supuestamente estuvo presente en los últimos treinta años, desde su temprana juventud, en todos los sospechosos escenarios de asesinatos políticos llevados a cabo por el régimen; desde aquel dudoso infarto que mató al ministro del Interior José Abrahantes, en la ambulancia que iba en sentido contrario al más cercano hospital desde la prisión en la que se hallaba, pasando por el accidente automovilístico del comandante Barbarroja, Manuel Piñero, en el que este perdió la vida, hasta llegar al escenario de otro supuesto accidente automovilístico, en el que asesinaron al líder opositor del Movimiento Cristiano Liberación Oswaldo Payá y al joven Harold Cepero, miembro del MCL, en el año 2012.

En algunas recepciones oficiales del Gobierno español en las que se ha encontrado, como es natural, el rey de España, se puede notar muy de cerca al esbirro Machín disfrazado de diplomático, intentando simpatizar y hasta familiarizar muy de cerca con el monarca; si yo fuera Felipe VI o alguien de su entorno, tendría verdaderos y sobrados motivos para inquietarme.

Como ha resaltado Europa Press, Vox ha pedido al Gobierno que "proteste ante el embajador de Cuba por tacharles de ‘fascistas’". Dudo de que el Gobierno de Sánchez exija nada al diplomático espía. Ambos se la pasan en secreto partiendo preocupantes piñones contra España.

Y continúa Europa Press:

En este sentido, recuerdan que el Convenio de Viena que rige las relaciones diplomáticas entre países y la inmunidad del personal diplomático que han firmado tanto España como Cuba estipula que dichas personas "deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor", además de estar obligadas a "no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado".

¿Cuándo el régimen castrista ha respetado algún convenio internacional? Es más, tampoco el Gobierno español ha respetado en este caso los preocupantes antecedentes del espía como exdiplomático expulsado de Estados Unidos, por el contrario lo aceptó, además sin chistar.

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